Entrevista con Baol Bardot Bulsara. Cantante de TNT, actor de musicales, colaborador en las últimas entregas de Legado de una Tragedia… Baol Bardot Bulsara es un músico todoterreno con el que pudimos hablar durante más de 1 hora sobre su nuevo proyecto, BULSARA, del cual tenemos ya disponible su primer single «No Gravity» y que será uno de los discos de obligada escucha para todos los amantes del buen hard rock. No todos los días uno se encuentra con un conversador tan bueno, y eso ayuda a que el resultado sea el que tenéis en las siguientes líneas.
Baol Bardot Bulsara: «Mi idea con BULSARA es traer de vuelta el hard rock de los 80. Rescatar Winger, Dokken, White Lion… todo ese rollo».
P: Buenas tardes Baol, soy Edu de Rock In Spain. ¿Cómo estás? ¿Preparado para hacer un repaso a tu trayectoria?
Hola Edu, muy bien, un placer hablar contigo.
P: Has escogido para tu seudónimo un nombre y dos apellidos, ¿Cuándo decidiste tu nombre artístico?
En realidad no sé si son un nombre o dos apellidos, ya que hoy en día con nombres propios como Lennon o Dylan, todo se tergiversa, jaja.
Por un lado, desde pequeño siempre me atrajo la cultura de los nativos americanos, que tenía una particularidad y es que no te ponían nombre al nacer, sino que te llamaban por algo que te caracterizara, o algún acto que te hubiera pasado y te definiera.
Así es que yo decidí elegir mi nombre artístico, ya que el de nacimiento no nos dan la oportunidad (jajaja), basándome en tres que tuvieran elementos que me inspiraran o tuvieran algo que ver conmigo. Baol es el título de uno de mis libros favoritos del autor Stefano Benni; Bardot el apellido de la actriz francesa y mito erótico, Brigitte Bardot; y Bulsara era el apellido original de Freddie Mercury.
P: O sea, los elegiste todos a la vez.
Sí, pero no recuerdo cuando se me ocurrió ya que antes tenía otro nombre artístico, así es que la mitad de mi carrera la he hecho bajo un nombre, y la otra mitad bajo el otro. Aún hay gente de mis proyectos anteriores, que me siguen llamando como me llamaba antes. Pero, aunque no es muy cómodo, cambiarlo era algo que quería hacer.
P: ¿Cómo y dónde fueron tus orígenes como cantante?
A mí no se me ocurrió hacer nada con la música hasta que vi en la Super Channel británica el video del “Nothin But A Good Time” de Poison. Ahí dije: ¡Esto mola! Mil guitarras, pelos largos, luces, explosiones… yo quería hacer eso.
Toda mi vida me han echado en cara que mi estética viene de la música que escucho, pero en realidad es al revés. A mí, de pequeñito, ya me llamaban la atención los hombres con pelo largo, así que mi estética ideal encontró su lugar en el rock, y no fue el rock quien definió mi estética.
P: La mayoría de gente se introduce en la música de los 80 por Europe, Bon Jovi o Kiss, pero en tu caso es reseñable que fuera a través de Poison.
Sí, aunque en seguida empecé a bucear más en el género. Pero en mi casa había una guitarra clásica y yo me inventaba acordes para tocar las canciones que me gustaban, y las de Poison son bastante sencillas. No digo mejores o peores, digo sencillas. ¡Que tiene su mérito hacer canciones de 3 acordes y arrasar en las listas! ¡Luego resultaba que los acordes que me inventaba eran casi correctos! Y empecé a canturrear así.
P: O sea fuiste autodidacta en tus inicios.
Sí, aunque después decidí apuntarme a clases de guitarra y voz. En guitarra duré muy poco, siempre he sido mal estudiante aunque la materia me interesara, así es que cuando empezaron con escalas, intervalos… dije, esto no es para mí. Hoy en día hay métodos más intuitivos, menos académicos, pero en esa época había que aprender solfeo y decidí que no era lo mío.
P: ¿Alguno de esos profesores de tus inicios tuvo luego trayectoria musical?
¡Y tanto! Carlos Raya (risas). Y eso que yo por esa época no había escuchado todavía Sangre Azul. Curiosamente, unos años después, me hice amigo de Juanjo Melero, el otro guitarra de Sangre Azul, con el que también hemos hecho cosas.
P: Has sido actor y cantante de musicales, ¿fue anterior a estar en una banda de rock?
Digamos que tocar en una banda de rock fue la primera idea, pero antes trabajé en musicales.
En los 80 y los 90, en los bajos de Argüelles había garitos heavies muy famosos, y en uno de ellos vi un cartel en que buscaban voces para el musical Jesucristo Superstar, que yo no había escuchado en mi vida. Aun así, llamé, y me citaron para la audición.
Al llegar a la prueba, ver al elenco y escucharles dije: ¡Como mola esto! Tenía 19 años, todavía estaba muy en germen, y una vez dentro fue donde realmente aprendí hasta donde podía llegar mi voz.
Yo escuchaba a Tony Harnell (TNT), Michael Sweet (Stryper), Miljenko Matijevic (Steelheart)… hacer esos agudos y quería aprender, sin saber que lo yo que yo hacía “en plan jugueteo” era correcto, pero mejor colocado y más pulido, ¿no?. Allí aprendí cual era mi rango vocal.
P: Tú no eras consciente que cantabas bien en esa época.
Yo no es que cantara bien, lo que tenía era potencial, y allí supieron verlo. Tú puedes tener potencial para cualquier cosa, pero si no lo descubres o nadie te lo hace ver, podrías no desarrollarlo nunca. Yo todavía no había decidido que quería dedicarme a la voz, porque no imaginaba que fuera capaz de hacer lo que hacían mis héroes.
P: Después vinieron más musicales, como Forever King Of Pop o We Will Rock You, ¿no?
En aquellos tiempos había muchísima menos oferta de musicales, y yo tuve la fortuna de entrar en una compañía de teatro musical, y fue una gran época. Algún compañero de entonces ha llegado a los Goya o los Óscar por ejemplo, hubo una hornada de mucho talento. Hacíamos 4 o 5 espectáculos al año, aprendiendo de todas las disciplinas, y eso da mucho bagaje.
P: ¿Alguna canción que hayas interpretado en un musical y la recuerdas especialmente emocionante?
A ver, aquí voy a hacer trampas porque para muchos artistas de musicales, Queen es “el musical”, pero para mí, Queen es “la banda”. En ese musical, yo tenía mi papel pero también era el “swing” y me sabía el de otros 3 o 4 protagonistas, y tuve que hacer sustituciones de última hora que me hicieron salir a cantar el “I Want It All” o “A Kind Of Magic” acompañado de la bandaza que tocaba en ese musical. Eso es algo que nunca olvidaré.
P: He leído de ti, que también has hecho de doblador, por ejemplo, en “Buscando a Nemo 2”. ¿Cómo llegas a ese trabajo?
Bueno, en realidad es doblaje musical, doblo canciones, no texto hablado. Me llegó a través de uno de mis compañeros de esta compañía que te comentaba, Miguel Antelo. Ha sido cantante, director de doblaje, corista en eurovisión… una figura. Le pusieron a doblar un tema que era incantable para él, pero se acordó de mí y dijo: llamad a este tipo, que seguro que es capaz. Y así fue. De hecho, esa primera canción que doblé, “Camorrista”, de la serie Phinneas y Ferb, es una de las razones por las que Ronni Le Tekrø se fijó en mi!
P: Estuviste en 2006 de gira con Mägo de Oz. ¿Cómo te llega la oportunidad y qué sensaciones tuviste?
De nuevo volvemos a la época de la compañía de teatro (risas). Como los espectáculos eran cortos, entre medias te dejaban total libertad y eso facilitaba las cosas. Estaba terminando una de las obras, y de repente me llama Toni Menguiano, gran cantante y que en esa época estaba de corista de Mägo. Al llamarme me pregunta: ¿Tienes disponibilidad en abril? Y al preguntarle para qué, me dice: Resulta que yo me caso, así es que sería para irte con Mägo de Oz de gira por Latinoamérica, como corista. Mi respuesta fue: ¿Dónde hay que firmar? (risas).
P: Sería la gira de GAIA II, ¿no?
Eso es, además, tuve la fortuna de “hacer de Leo” en “La Cantata del Diablo”. No la hicimos en todos los bolos, pero cuando se hacía era el primer bis, y además era Leo el que abría esa canción, así que te puedes imaginar el subidón.
P: Hasta ese momento, ¿Tenías experiencia para cantar ante tanta gente?
Creo que todavía no, pero no me afectó demasiado porque era un corista, estaba en mi tarima con Patricia Tapia, arropado, sin ser el centro de atención… Nadie iba a verme a mí, jajaja. La presión era para José, entonces yo, aunque estuviera ante 8.000 personas, estaba tranquilo. Como colofón, la gira terminó en Buenos Aires, donde tengo a casi toda mi familia, y fue algo muy especial.
P: En 2017, la banda noruega TNT anuncia que pasas a ser su nuevo cantante. ¿Cómo se produjo esa llamada, pasaste algún casting?
Allá por 2015, en Internet leí que el management de TNT pedía material de cantantes. Primero les mandé un tema mío, pero luego grabé el “Tonight I’m Falling” de TNT, que fue el primero que escuché de ellos. Lo mandé y me olvidé, era casi como jugar a la lotería.
Un par de años después, viendo “Juego de Tronos”, miro mi teléfono y me encuentro un email de un tal Ronni Le Tekrø (guitarrista de TNT). Lo abrí, y me invitaba a Noruega a grabar para su disco en solitario, y para allí que fui, una vez comprobado que no era ninguna broma y efectivamente era él. Grabé dos temas y me quedé con la frase de Ronni que le había encantado y ya dependía de la discográfica. Un mes después, me volvieron a llamar para grabar 3-4 temas más. Al llegar, me dicen: Creemos que nos interesas para la banda, no para el proyecto en solitario. Igual podría haberlo deducido si hubiera sido más perspicaz, pero es que a nadie se le ocurre que TNT pudiera querer contar conmigo. La gente sueña con conocer a sus héroes, hablar con ellos, hacerse amigo suyo… Pero nadie sueña con pasar a formar parte en una de sus bandas favoritas!
En mi cabeza pensaba que empezaría por el disco en solitario de Ronni, igual hacer alguna colaboración con TNT más adelante, tal vez coros… pero no todo de golpe, el impacto fue brutal.
P: Si no hubieras enviado esas dos canciones, quizá no serías ahora el cantante de TNT.
Seguramente no, imposible. Tras Tony Harnell y Tony Mills buscaban alguien desconocido, recibieron material de cantantes de Brasil, USA, Japón… y al final me eligieron a mí. Por eso recomiendo a todo el mundo que prueben, que tiren la ficha… no se pierde nada por intentarlo.
P: ¿Requería cambio de residencia?
No, no, voy yendo y viniendo, pero no me importaría, no hubiera tenido problema. Los cambios no me asustan, ya tendré tiempo de hartarme de cosas a posteriori. El no hacer algo “por si…” conmigo no va.
P: Y la experiencia, imagino que brutal.
Sí, esto es primera división. Dentro del hard rock, es de las que están ahí. En Noruega, por ejemplo, son una institución, son como Héroes del Silencio en España, banda de culto, con lo que lo habitual es ver a todos los vikingos fanáticos tomando nota de a ver qué hace el nuevo (risas).
P: En esos primeros conciertos, ¿Lo pasaste mal?
Mal no lo pasé, pero tampoco lo disfruté, porque estaba todo el rato pensando. “Ahora me dosifico, ahora la parte difícil, cuidado con esto, la letra…” estás muy mecanizado y todavía no tienes el rodaje para hacerlo tuyo. Mi primer concierto, tuve la fortuna de que fue teloneando a Scorpions, entonces eso es menos presión porque sabes que el 70% del público es de Scorpions. Si hubiera sido un concierto más pequeño, pero sólo de TNT, hubiera sido sin duda mucha más presión.
P: Algunos fans del heavy metal español te descubren en “El Secreto de los Templarios” de Legado de una Tragedia. ¿Cómo se inicia tu relación con Joaquín Padilla?
Qué pesado soy, pero voy a volver a sacar el tema del teatro musical (risas). A Chus Herranz, su mujer, la conocí haciendo el musical de Michael Jackson. En 2016, se enteró que estaba haciendo un musical familiar, “Esos Locos Fantasmas”, en la Gran Vía de Madrid, y se pasó a verlo con Joaquín, y ahí le conocí, pero nada, tres frases y ya está.
Más adelante, él me llamó para participar en “El Secreto de los Templarios”, de Legado de una Tragedia, y ahí fue donde empezó todo, congeniamos muy bien y nos hicimos amigos.
P: En “Britania” tu papel es mucho más relevante, cantando en castellano e inglés y supervisando los textos en inglés de toda la obra. Imagino que quedarías muy contento con el resultado final.
Ya lo creo, no veas cómo mola participar del proceso. Él tenía los textos traducidos al inglés pero no adaptados, y ahí es donde entraba yo. Era como comparar una letra de Sabina con el prospecto de un medicamento, entiendes las dos cosas pero una te llega más que la otra (risas).
El proceso de grabar las guías para los cantantes en inglés fue también muy divertido, al público ha salido solo la demo de “Britannia”, pero existen también el resto, en las que que yo, para facilitarles la papeleta, traté de diferenciar un personaje de otro de manera muy exagerada, ¡y me divertí muchísimo!
Tanto le gustó a Joaquín que un día me llamó a las 01:30 de la madrugada, para pedirme permiso para poner la demo en el disco tal cual estaba. Yo me quedé alucinado, porque era una guía, no estaba afinada perfecta y demás, le ofrecí volverla a grabar pero me dijo que no, que se quedaba como está, y así ha sido. Fue muy gracioso.
P: Llegamos a Bulsara, tu nuevo proyecto en solitario. ¿Cuándo tomas la decisión de lanzar un disco así?
A pesar de todos los años que llevo de carrera, nunca había hecho nada propio, siempre me había subido al carro de otro, versiones, teatro… y no era porque no compusiera, sino porque requería de un esfuerzo de energía, dinero y tiempo del que no disponía. Era algo que estaba siempre muy atrás en mi mente.
Una de las cosas buenas de la pandemia, fue que los músicos nos quedamos con tiempo para crear y grabar, y ahí Joaquín, mientras estábamos con Britania, me animó a ponerme a hacer cosas, y así empezó todo. Él se ofreció a coproducir, mezclar… y ese empujón me ayudó mucho, y más de una persona como él, que tiene oreja para cualquier cosa: lo mismo te hace una ópera de heavy metal, un tema pop para Iguana Tango o te saca un proyecto con Chus como Entrelazados… es muy bueno.
Y ya no solo es el gusto que tiene, sino la experiencia dentro del mundo musical, que no es la parte artística. El tipo sabe muy bien cómo coger una canción y hacerla más comercial. Yo sé hacerla que me mole a mí, pero él tiene claro cómo hacerla más agradable para los oídos de la gente. Yo le daba mis canciones, y me decía: Está bien, pero quitemos esta estrofa, metamos esto aquí, repetimos allá… haciendo mis canciones más accesibles para el público. Yo, eso, no sé hacerlo.
P: El primer single, “No Gravity” tiene mucho aroma al hard rock americano, con cuidados coros y un melódico estribillo bastante pegadizo.
Es un ejemplo perfecto de lo que te decía anteriormente. Además, en plataformas digitales se puede escuchar tanto la versión final como la demo, y verás cómo es el mismo tema pero con estructuras y cosas diferentes, y es donde se nota la mano de Joaquín.
P: ¿Has logrado el sonido que imaginabas antes de la grabación?
Sí, totalmente, mi idea con BULSARA es traer de vuelta el hard rock, el “hair metal” de los 80. Rescatar Winger, Dokken, White Lion… todo ese rollo. También escucho algunas bandas actuales, pero yo soy un romántico, entonces para mi gusto nada supera los inicios de este estilo.
Lo que más me echa para atrás de muchas bandas actuales es la producción, porque está muy alejada de cómo sonaban en los 80. En el pop se está volviendo, pero en el hard rock, si saco un disco con la producción del “Out Of This World” de Europe (que me flipa sobremanera) no lo entendería nadie. Ahí Joaquín tenía la misión de mantener una onda ochentera, un sonido como los de antes pero sin sonar anacrónico. Esa fue la parte que más costó, entre comillas. Él me iba haciendo propuestas que aún me sonaban demasiado actuales, y yo iba recortando hasta alcanzar el consenso, el punto medio entre ambas visiones. Y no nos olvidemos de que hemos podido contar con Tommy Denander a la guitarra solista, todo un lujazo.
P: Imagino que, tras este single, acabará llegando un disco entero. ¿Qué nos puedes contar de las trazas que tendrá?
La idea es sacar 4-5 singles, y por navidades el disco completo tanto en digital como en físico. Dentro de poco saldrá el nuevo tema, “Away”, que ya toqué en acústico en el showcase que hice hace un par de semanas. Por lo general me gusta presentar las canciones en el formato de estudio, y luego la versión acústica, pero en este caso no quedó otra opción.
P: ¿Qué músicos están formando parte de la grabación?
La grabación está prácticamente terminada, a falta de invitados. Ya sabes, los músicos están todos muy liados, todos te dicen que sí pero hay que adaptarse a los huecos (risas). Concebí BULSARA como una banda base, sobre la que van pivotando diferentes invitados. En la base estaré yo con la voz, guitarras y teclados, Arthur Morgan en la batería, Joaquín con su arte, y lo demás irá cambiando. De momento no quiero desvelar más, prefiero ir desgranándolo a medida que vayan saliendo las canciones. Quizá el segundo disco sea con una banda fija, residente, pero este primer disco será así de ecléctico, no en vano se gestó en pleno confinamiento, ¡cuando nadie podía moverse de sus casas!
P: Llevando tantos años en el mundo del arte escénico, ¿Qué conclusiones sacas sobre la situación que tienen los músicos, actores… en España? ¿Hay diferencia entre los músicos y los actores?
Escénicamente, lo que hay es una sobredosis de propuesta, y eso por un lado es muy bueno, pero por otro muy malo porque con tanta oferta se sobrepasa con creces la demanda.
Lo que sí es cierto, es que los actores tienen una cosa, en general, que los músicos no tenemos, y es que cuando se suben a un escenario es para hacer algo de otros. No es lo mismo subirte a hacer algo propio que de un tercero, pero comparando música y teatro, mi impresión es que hay más músicos, y que lo tienen un poco más difícil que el actor. Ambos tienen que invertir en formación y promo, pero el músico, además, debe invertir en el equipo, el mantenimiento, el estudio… es más jodido. Gracias a mi experiencia pasada conozco muchos actores y en general todos están haciendo algo, en cambio los músicos tienen más periodos de inactividad, al menos esa es mi visión.
P: ¿Algún disco que quieras recomendar a nuestros lectores?
Cualquiera que me conozca sabrá que soy una persona ochentera a saco, pero voy a intentar recomendar cosas más recientes (risas). Voy a elegir dos: Uno que descubrí mientras buscaba discográfica para BULSARA, Mister Misery, una banda sueca que hacen horror metal, con una estética a lo Tim Burton en plan musical. Me han molado mucho. ¡Su primer álbum, “Unalive” es tremendo!
Y en el otro, haré un poco de trampas porque es un disco de Europe pero es el último que han sacado, “Walk The Earth”, de 2017. Sin desmerecer en absoluto los discos anteriores de esta segunda época, este último me voló la cabeza.
Muchas gracias, Baol, por atender a RockInSpain, y espero hablemos pronto cuando salga el disco debut de BULSARA de manera completa.
Gracias, Edu, por tu tiempo, ¡ha sido un placer!