Josemi Valle – Rock & Ríos, lo hicieron porque no sabían que era imposible (reseña y entrevista al autor)

rios bajaJosemi Valle ha tenido el honor de inaugurar la colección Elepe de la revista Efe Eme. En su primera monografía se lanza a comentar cómo fue la grabación y la gira de uno de los directos más importantes de nuestro rock, el legendario Rock & Ríos. Este trabajo discográfico lleva vendidas más de medio millón de copias en todos sus formatos, un récord para una banda española.

En su obra Valle nos narra los acontecimientos vividos entre marzo y diciembre de 1982 con una maestría poco vista con anterioridad. Este ensayo bien podría haber sido redactado con un lenguaje o demasiado técnico o demasiado cercano pero el autor logra mantenerse siempre en el centro exacto de la acción. Su forma de contarnos los hechos nos lleva, gracias al contexto histórico y su estilo, a revivir esas sensaciones que algunos vivimos hace ya más de treinta años.

Mención aparte nos merece la propia maquetación del libro. Aquí no estamos ante un mero libro de fotos del autor con algo de texto y opiniones personales. Estamos ante un trabajo de investigación que además se nos presenta como si fuera un libro editado en los años ochenta. El tipo de letra, el lenguaje y, en resumen, todo el libro es un bello ejemplo de cómo debería ser un libro dedicado a glosar uno de los discos más importantes del rock. La obra es imprescindible para entender mejor lo que supuso, y supone, el Rock & Ríos para el género. Os recordamos que podéis comprar esta maravilla en este enlace. Más información en el blog del libro.

Os dejamos ya con la jugosa entrevista que nos concedió el gran Josemi Valle y en la que nos habla de tan magna obra.

-Tras leer tu brillante libro casi no sabemos por dónde empezar por lo que vayamos por orden. Este libro es el resultado de dos años de trabajo pero ¿cómo y cuándo surgió la idea de glosar lo sucedido durante la grabación y la gira del Rock & Ríos?

Gracias por tu valoración del libro. En 2013 publiqué la biografía de los pioneros del rock urbano, Asfalto y Topo (Milenio, 2013).  Conocía muy bien el nicho ecológico del rock urbano  y quería seguir ejercitando una escritura orientada al ensayo musical. Decidí que era una buena idea continuar con el disco Rock & Ríos. Es un álbum que me había apasionado en tiempo real,  viví su espectáculo en directo,  he  utilizado muchas veces sus canciones para esos momentos en que uno necesita fuerza multiplicadora, y he escrito sobre él en más de una ocasión. Recuerdo haberlo reseñado en Efe Eme cuando se reeditó en doble CD en 2005. Creía que ahora era un buen momento para ponerme con su redacción. Me emocionaba la idea de reconstruir la historia del disco que con trece años me hizo amar el rocanrol. Mi hermano me animó mucho cuando se lo comenté. Somos mellizos y vivimos aquel disco a la vez.  Intuía que el Rock & Ríos y su posterior gira guardaban una atractiva historia que relatar. Lo que no sabía es que me iba a encontrar con una historia mucho más excitante de lo que yo había presagiado.

 -¿Cómo recibieron en Efe Eme tu idea de editar un libro sobre este tema?

Llevo escribiendo en la revista Efe Eme desde sus inicios a finales del siglo pasado. Allí me conocen bien. De hecho compartí con su director este proyecto cuando aún era nonato, y le mantuve al corriente de todas las andaduras relacionadas con su investigación, documentación y redacción, que fueron muchas. Una serie de casualidades muy gratas hizo que el libro acabara allí. Efe Eme quería lanzar una colección de monografías sobre discos históricos del rock español, y les hacía felices poder inaugurarla con el disco en directo más mitificado de la música española. A mí también me ha hecho mucha ilusión que este libro sea el primero de la Colección Elepé.

 -Sueles escribir sobre inteligencia social en tu blog personal. Hablas mucho de las opiniones, los deseos personales y la forma de vivir la vida de una forma más satisfactoria. ¿Crees que las letras del Rock & Ríos pudieron ayudar a la juventud del momento a cambiar su forma de pensar?

Sí, escribo en el blog Espacio Suma No Cero. Desde hace muchos años me dedico a la investigación y redacción de contenidos relacionados con la inteligencia social. También a su impartición.  Dicho esto, por supuesto que las letras de las canciones del Rock & Ríos sintonizan muy bien con el clima social de aquel 1982: hablan de emancipación personal, de dejar atrás la grisura de un tiempo especialmente hosco y desabrido, de inventar horizontes nuevos, de los peligros de una tecnificación sin fines éticos, de evolucionar hacia lugares que abrillanten nuestra dignidad. Eran claves narrativas que engarzaban con las pulsiones de cambio que flotaban en el ambiente sociopolítico. Y todo ello rebozado con guitarras en pie de guerra y dos baterías que eran un auténtico tsunami.

-Los músicos de la banda y el propio Miguel han colaborado aportando información vital para esta monografía. ¿Hay algo de lo que te comentaran que no hayas incluido en el libro y que te pareciera curioso o divertido?

Sí, claro, hay pequeñas anécdotas y muchos más datos. No puedes incluirlo todo porque se trata de un libro, y el libro tiene que tener ritmo y velocidad. No puedes atiborrarlo. Aunque te provoque dolor retirar cosas. No queda más remedio. En el último instante yo le apliqué al relato una severa dieta de adelgazamiento.

 -¿Qué hacen ahora los músicos del grupo? A John Parsons le vimos de gira con Santiago Auserón y Van Leer está con sus Focus pero ¿y el resto?

Todos siguen vinculados a la música. Miguel da conciertos benéficos y enreda por ahí. John está en un grupo enormemente popular en Alemania. De Diego está con Sabina. Salva está con su grupo, que acaba de publicar un disco muy potente. Mario Argandoña y Tato Gómez producen y siguen haciendo música.

-En el libro comentas que pudiste asistir a uno de los conciertos de la gira y que el disco te impactó en su momento. Treinta y tres años después te has visto inmerso en la edición de un libro sobre el disco. ¿Se ha cumplido tu sueño?

Aquel niño que vio el Rock & Ríos en mitad de una marabunta increíble jamás podía pensar que treinta y tres años después escribiría un ensayo descifrando lo que contemplaban sus alucinados ojos.  Casualidades de la vida, la primera presentación de este libro fue en el mismo sitio en el que yo vi ese concierto, la Plaza Mayor de Salamanca, y prácticamente la tarima en la que me encontraba hablando estaba levantada en el mismo lugar en el que tanto mis hermanos  como yo nos encontramos  aquel jueves 16 de septiembre de 1982 apretujados hasta casi la asfixia esperando el arranque del concierto. Parece un episodio de una novela de Paul Auster, pero es cierto. Si aquel día del 82 me dicen que  en 2015 iba a publicar un ensayo sobre el Rock & Ríos, no hubiera entendido nada. La vida es paradójica e impredecible.

-Durante la lectura tenemos la sensación de ser testigos presenciales de los hechos que comentas. ¿Se ha hecho deliberadamente o surgió así por ser tu forma de escribir este tipo de obras?

Lo hice muy deliberadamente. Tomé esa decisión cuando llevaba redactado más de la mitad del texto. Tener que transformarlo todo a tiempo real fue un trabajo ímprobo por dos motivos. Tuve que multiplicar las labores de investigación para que mis ojos vieran lo mismo que lo que podría ver  cualquier testigo directo, y porque me obligó a cambiar mis referencias y mi manera de relacionarme con ellas. Todo aquello con lo que yo siempre había dialogado en pasado ahora se tornaba presente. Incluso muchas cosas son futuras en la narración, a pesar de pertenecer a  un mundo ya pretérito. Esta elasticidad del tiempo y sus consiguientes formas verbales me produjeron más de un dolor de cabeza.  Afortunadamente creo que salí indemne de la aventura. Estoy muy contento con el resultado final. Dona mucha vida y emocionalidad al texto.

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-Nos parece importante también la maquetación del libro. Aunque hay algunas fotos impagables, lo importante es el texto. Incluso nos recuerda, en el tipo de letra, a aquellos libros de la editorial Júcar que con tantas ganas devorábamos. ¿Ha sido decisión la editorial o también habías planeado que el libro pareciera de los años ochenta?

Siento discrepar. Las ediciones de los años ochenta eran muy pobres.  Ahora se edita muchísimo mejor.  Si comparas las cuatro biografías de la figura de Miguel Ríos publicadas en el 83 y el 84 (una por cierto publicada con Júcar) con esta cuidada edición,  no hay parangón posible.

-El libro no se olvida del contexto social en el que se desarrolló la gira del disco. ¿Qué crees que ha cambiado en el país desde entonces? ¿Es posible que estemos viviendo, ante las próximas elecciones, un momento similar en lo que a ilusión por el cambio respecta?

En esencia la vida cambia poco porque la conducta humana sigue subyugada a gratificaciones muy parecidas. Puede mutar la superficie, pero no las motivaciones del comportamiento. Eso hace muy análogos todos los paisajes, si se escarba un poco.  En aquel 1982 la ciudadanía estaba persuadida de que había llegado un momento de cambio. Llevábamos sólo cuatro años de democracia, una democracia muy precaria y muy asustada por un golpe de estado abortado meses atrás pero que amenazaba con volver a repetirse en diferentes formatos. Yo me he reído mucho en las hemerotecas comprobando que las mismas debacles que se le imputan ahora a los partidos que desean disturbar el orden de las cosas son idénticas a las que espolvoreaban las  cabeceras conservadoras al referirse a la izquierda socialista de entonces.  Creo que en 2015 la sociedad civil posee mucha más pedagogía financiera, que es donde está el quid de todas las cuestiones, tanto de las políticas como de las sociales. La burbuja inmobiliaria y la burbuja crediticia como pura biología del dinero desregularizado nos han enseñado lecciones impagables en los dos últimos lustros. Desgraciadamente muchos aún no las han aprendido. Pero otros muchos sí.

-¿Qué ha cambiado en el mundo del rock desde el 82 en lo que a giras respecta?

Lo que ha cambiado es su idiosincrasia. A finales de los setenta y principios de los ochenta se estaba convendido de que el rock era un instrumento de identidad, una palanca para boicotear lo convencional. Esa ingeniudad ya pasó. El rock ha sido fagocitado  por las industrias culturales.  Se ha transformado en una mercancía más, aunque todavía tiene cierto halo de insurgencia. En cuanto a las giras, ahora nadie discute que un rockero merece respeto y dignidad.  En otros tiempos esta obviedad había que pelearla. Y Miguel Ríos fue de los que más hizo por su conquista.

-Miguel Ríos fue, como bien comentas en tu libro, tanto alabado como masacrado por los medios. Para muchos imberbes no deja de ser un viejo rockero pero para muchos es sólo uno más y no el pionero que fue. ¿Crees que la figura de Miguel Ríos es tan respetada como debería ser?

En España hay una desmemoria y una miopia preocupantes.  Miguel Ríos en cualquier país  con cierta gratitud y respeto sería una figura mucha más reverenciada. Aquí lo es, pero debería de serlo más. Si buceas en los archivos, comprobarás que aquel Miguel de 1982 era muy, muy, querido. Es verdad que luego hubo una sobreexposición de su figura, hartazgo por su omnipresencia, pero si se analiza la historia no podemos sesgar a nuestro antojo lo ocurrido. Fue un pionero, se alistó en la contracultura, luego en el sedicente rock urbano, del que se erigió en su emisario más popular, y mientras tanto en nuestro país nadie hacía más que él por la dignificación del rock.  Que lo que vino después no guste a los que dirimen a quien hay que santificar y a quién hay que execrar es problema suyo. Las hemerotecas no mienten.

-Imaginamos que tras tanto trabajo no te quedarán ganas de hacer un nuevo libro sobre el artista pero ¿no crees que la gira de Rock en el ruedo también merece un libro?

No sé si merecerá un libro o no. La que sí lo merecería es El rock de una noche de verano. En el libro yo defiendo la tesis de que esa gira fue el Rock & Ríos profesionalizado. No contar nada de ella  hubiese sido escamotear una parte relevante de la historia. Por eso decidí escribir un largo epílogo en el que reseño El rock de una noche de verano y cuento telegráficamente qué pasó en esa gira.  Todo mucho más generalizado. Nada que ver con el detalle minucioso del resto del libro.

-Para terminar, no sin antes agradecerte tu colaboración, ¿Qué te gustaría decirle a aquel que quiera saber qué va a encontrarse exactamente en este libro?

Pues que se va a encontrar con una historia que explica qué ocurrió para que el rock en este país adquiriera por fin la mayoría de edad. Entenderá por qué para varias generaciones el Rock & Ríos es el disco más grande grabado en directo que se ha hecho en España. Sabrá por qué a día de hoy este álbum sigue siendo nuestro Made in Japan y por qué seguirá siéndolo durante muchos, muchos, más años.  En aquel 1982 concurrieron muchas circunstancias, que yo considero irrepetibles, y si esas circunstancias no se dan simultáneamente, es imposible que un disco se adentre con tanto ímpetu en la vida pública y en un público tan intergeneracional como lo hizo el Rock & Ríos. Quien lea el libro descubrirá a qué me refiero.

 

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