SONISPHERE FESTIVAL | 9 y 10 Julio 2010 | Getafe Open Air (Getafe – Madrid)

Sonisphere Festival

Getafe se convierte en la capital del metal

 

VIERNES 09 JULIO – DÍA 1: RECUPERANDO LA FE
Por fin llegó el fin de semana más esperado por los metaleros españoles. Un fin de semana que estará marcado por siempre por la ausencia del fallecido RONNIE JAMES DIO. Su banda, HEAVEN & HELL, nombre elegido para diferenciar al BLACK SABBATH con OZZY OSSBOURNE, tenía programada su actuación en este festival. Pero el show debe continuar y SONISPHERE abría sus puertas ante un sol de justicia. TAO TE KIN y VOLBEAT les tocó la dura tarea de comenzar con la comida aún en las gargantas ante un escaso público que luchaba valientemente contra la inclemencia del astro rey. Buenas maneras las de estas bandas, especialmente la primera que aprovecharon su escasa media hora para dejar su carta de presentación de buena alternativa.

Tao Te Kin

Tao Te Kin

Volbeat

Volbeat

De menos fortuna gozaron ANATHEMA. Los británicos ya partían en desventaja, pues su metal pausado y melancólico no parecía lo más adecuado para un caluroso viernes de Julio a las cinco de la tarde. Si sumamos ciertos problemas técnicos con el sonido, podemos pensar que agradecieron disponer de apenas 40 minutos para actuar. BULLET FOR MY VALENTINE demostraron tener mayor poder de convocatoria. Algunos cuestionaban la jerarquía de la banda liderada por MATTHEW TUCK en el cartel pero así son las cosas. Realmente acaban de sacar su tercer álbum, muy por debajo de muchos de sus compañeros de escenario. Polémicas aparte, cumplieron con más que solvencia su papel de ir calentando, más aún, el ambiente.

Anathema

Anathema

Bullet For My Valentine

Bullet For My Valentine

Los recién re-unificados SÔBER se incorporaron al festival a última hora. Desde luego no podemos sino aplaudir la inclusión de bandas nacionales a todos estos eventos aunque algunas voces marcaba que los madrileños ya estuvieron en el ROCK IN RIO hace apenas unas semanas. Sea como fuere, SÔBER es uno de los grandes exponentes del metal español y animaron el cotarro con su buen hacer, no podía ser de otra manera. Y de escenario en escenario y tiro porque me toca, los veteranísimos SAXON fueron los encargados de cerrar esta primera parte de la jornada. Los del águila son una de esas bandas que sabes que siempre van a funcionar sobradamente. Sus músicos, aunque claramente mermados físicamente, parecen haber mejorado con el tiempo, como el buen vino o las buenas mujeres. En el pasado METALWAY les tocó lidiar con el viento y con el plantón de HEAVEN & HELL. Caprichos del destino, esta vez su enemigo era el abrasador sol y los padres del Heavy Metal tampoco iban a poder estar con ellos. Pero como grandes veteranos de guerra que son, se metieron al público en el bolsillo con su buen hacer y un buen puñado de viejos himnos como «747 (Strangers in the night)», «Princess of the Night» o «Denin & Leather», dedicada a nuestro querido DIO.

Saxon

Saxon

Sin descanso, la masa cambió de escenario levantando ya las primeras humaredas para disfrutar de una propuesta totalmente distinta. Con mucha calma, sin la cobertura de aquellas magníficas proyecciones que acostumbran a llevar, PORCUPINE TREE comenzaron su recital. Protegidos de los rayos del atardecer con gafas de sol, trataron de hipnotizar a las hordas del metal con todo un despliegue técnico enfocado en crear esotéricos pasajes atmosféricos, marca de la casa de quienes bien podrían ser considerados los PINK FLOYD del siglo XXI. Cimentados en la tremendísima calidad de bajo y batería, su mayor virtud es el exquisito control sobre la ejecución y el sonido. Sin embargo, esto pudo ser insuficiente para aquellos que disfrutan de una mayor garra de intensidad sobre las tablas. Centraron su repertorio en sus dos últimos discos y tuvieron la deferencia de dedicar también unas palabras y su último tema a HEAVEN & HELL y DIO.

No hay tregua. Inmediatamente, tras acabar
STEVEN WILSON y sus chicos, sirenas de bombardeo con extractos de sus grandes temas sobradamente conocidos por los presentes avisaba del peligro inminente de descarga metalera. W.A.S.P. tomaron el segundo escenario con la soltura y el descaro que solo un lider como BLACKIE LAWLESS puede tener. Las hordas del metal coreaban histéricas himnos como «On your knees», «The real me» ó «Love Machine». Una buena base estaba encumbrada por unos desgarradores solos de guitarra y unas magníficas voces. Porque aquí cantan todos, y fantásticamente. Además, Mr Blackie sabe manejar al respetable y consiguió hacerles cómplices de la actuación. Hubo tiempo para el nuevo álbum con «Bavilon is Burning», con la que el público ya estaba rendido pero fueron «Wild Child» y «I wanna be somebody» las que desataron la fiesta en la que siempre se convierten sus conciertos

WASP

WASP

Y se acabaron las concesiones. Llegó el reinado sangriento de SLAYER, uno de los Cuatro Grandes del Thrash Metal que no tuvo ninguna piedad, derrochando rabia visceral no apta para oídos sensibles. Los menos aguerridos prefirieron aprovechar la hora para consumir carne a la brasa, kebabs, pizza o enormes bocadillos que se vendían en el lateral del recinto. Aunque puede que no los saborearan mucho porque la nube de polvo levantada por los miles de almas que rendían culto a los dioses del metal comenzaba a ser ya opresiva. La elección de un terreno arenoso puede ser uno de los pocos peros, aunque muy molesto, para la fantástica organización del festival. SLAYER seguían inmisericordes, trepanando cerebros a discreción. Pero que nadie se confunda. No es nada sencillo sonar así de brutales pero que a la vez pueda entenderse cualquier detalle con esa nitidez. La coordinación entre esto cuatros musicazos es absolutamente pasmosa. «Reign of Blood», «South of Heaven» y Silent Scream» reventaron los tímpanos de las hordas del metal, sedientas del cálido y carmesí líquido de la vida.

Slayer

Slayer


Se acercaba el final y por fin, tras un merecido pequeño interludio para descansar, salieron
FAITH NO MORE a escena. Había mucha expectativa por ver a los chicos de MIKE PATTON en acción. Su entrada fue muy prometedora. Es sabido que les gusta sorprender y romper normas, así que salieron de traje, interpretando un delicado y precioso «Reunited» a lo Steve Wonder con unos deliciosos coros. El Señor Patton apareció después, fingiendo una ostensible cojera, ayudándose con un elegante bastón. Muy buenas maneras en esta presentación, que explotó irremediablemente con el grito de «¡Oye hermanos y hermanas». Una explosión de luces y funk-metal levantó al público, que saltaba al son de las canciones. «¿Estáis cansados?» les preguntaban los americanos. Porque el quinteto se esforzó por dirigirse en algo parecido en español durante todo el concierto, algo que encandiló a sus seguidores. La gente se divertía con las locuras de Patton que demostró ser un fantástico maestro de ceremonias. Con la sentencia de «El nuevo Rey de España es… ¡Carles Puyol!» terminó de conquistar el festival. Incluso se atrevió a cantar «Evidence» en ¿español?. Bueno, al menos lo intentó. «Manos arriba, sentiras la nada» pudo ser lo único inteligible. Del Funk al Thrash, pasando por el hip-hop, el reggae ó el punk psicodélico, Faith No more se atreven con todo. Sin embargo no fueron capaces de dominar las distintas intensidades y los distintos sonidos, adecuados para cada tema y eso provocó muchos desajustes, algunos muy molestos, en la mezcla. Especialmente flagrante era el caso de Patton, que no se molestaba en controlar la dinámica del micrófono por lo que sus voces más graves apenas se oían mientras que sus gritos engullían al resto de compañeros. El teclado en ocasiones recordaba a los sintes de tecno de los ochenta, el bombo saturaba y la guitarra estaba muy chillona. Afortunadamente poco a poco fueron acoplándose y mejorando. Al público no parecía importarle y se dejaba llevar por la magia de Patton que los enardecía con el grito de «¡Puta mierrrrda holoandeses!». Incluso tuvo la osadía de bajarse al público para que cantara con él, al menos lo intentaron, y acabó navegando desde la mesa de mezclas hasta el escenario. Una locura muy divertida aunque una tortura para los oídos. Una mención especial a los pipas que consiguieron que el cable volviera entero. No, no era un micro inalámbrico. Los clásicos fueron concentrándose al final. «Cuckoo for Caca» fue de lo más aplaudido. Los bises comenzaron con una particular versión de «Carros de Fuego» y ya el público no paró de bailar. En definitiva un concierto muy ameno, divertido, interesante por momentos aunque no muy bien ejecutado a nivel musical.

Faith No More

Faith No More

La gran mayoría decidió retirarse entonces poco a poco. Aún así, no pocos se quedaron a la tralla de SUICIDAL TENDENCIES que empezaron directamente con «You can’t bring me down». Inmediatamente, STEVE BRUNNER empezó a demostrar que es un pedazo de bajista como la copa de un pino y su compañero DEAN PLEASANT intentó no quedarse a la zaga. Desde fuera daba la impresión de que a la banda le faltaba potencia, sobre todo después de haber escuchado a SLAYER en el escenario 1, pero al segundo tema, las primeras filas ya eran una batalla campal de hordas enfebrecidas entregadas al poder del thrash metal más clásico mientras coreaban «War inside my head». Un gran colofón para una gran fiesta del Metal.

SÁBADO 10 JULIO – DÍA 2: ARDE LA NOCHE

Uno de los principales talones de Aquiles de la mayoría de festivales son las zonas de acampada. Los organizadores en ocasiones olvidan que sus clientes son seres humanos y tienden a hacinarlos en terraplenes pedregosos sin las condiciones básicas para poder sobrevivir dignamente. Se podría decir que muchas veces tratan al público peor que a animales. El camping del Cerro de los Ángeles está situado en una zona boscosa muy agradable por la sombra que proyectan sus frondosos árboles. Además el terreno es blando e incluso no carece de cierta vegetación seca que facilita el descanso. Sin embargo, este gran acierto queda empañado por la poca previsión a la hora de instalar duchas y servicios supletorios para los miles de campistas que iban a convivir a las faldas de la colina. Así que, una vez más, miles de personas tuvieron que compartir poco más que cuatro duchas y otro par de servicios… ¿Realmente es necesario esto? ¿No se puede organizar un evento así de manera que las condiciones de acampada sean cuanto menos dignas? Me refiero a sombra donde cobijarse del sol, un terreno sin piedras donde se puedan clavar las piquetas, agua potable disponible sin tener que esperar 30 minutos de cola, duchas y WCs limpios y en cantidad suficiente… No es justo que, por la pasión que muchos sienten por la música y por la devoción que profesan a sus ídolos, deban sufrir, tras haber pagado una buena entrada, condiciones infrahumanas.


Estas condiciones, y las colas por darse una ducha fría quizás no ayudaron a que el público abandonara la sombra de los árboles para presenciar la primera actuación de la tarde:
QUINTA ENMIENDA. El recinto disponía de muy pocos lugares donde cobijarse del sol abrasador de las 15:30 así que fue difícil disfrutar de la discreta actuación de esta banda novel. Con muchísimas más tablas pero con similares dificultades salieron HAMLET. No vamos a descubrir ahora la tremendísima categoría de uno de los grandes iconos del metal nacional. Alguno podría pensar que su posición en el cartel no era propia de una banda con tanto recorrido pero los madrileños, ajenos a especulaciones, hicieron lo que mejor saben hacer; dar un directo con mayúsculas.

Hamlet

Hamlet

ANNIHILATOR, el proyecto personal de JEFF WATERS y DAVE PADEN demostraron que están en una gran forma. Estos dos magníficos guitarras/cantantes disparaban frenéticos y complicados riffs propios del Heavy-Thrash de corte clásico mientras no paraban de berrear por el micro. Lo solos, fulgurantes y rápidos como la luz, estuvieron muy bien ejecutados. A pesar del intenso calor, se desvivieron en el escenario y, abajo en la arena, sus seguidores respondieron con entusiasmo tanto en los clásicos cómo «Alice in Hell», como en los nuevos temas como «The Trend». Realizaron los cortes y cambios de tiempo perfectamente y las partes melódicas embelesaron a los más románticos.

Annihilator

Annihilator

Los jóvenes COHEED AND CAMBRIA salieron con muchas prisas y sufrieron varios problemas de sonido en los primeros temas. Una guitarra que no se oye, otra que suena a lata, un bombo atronador que satura y distorsiona la señal… pero a sus seguidores no parecía importarles. Había mucho interés por ver a esta banda norteamericana en directo. CLAUDIO SÁNCHEZ, con su camiseta de la muerte de Gween Stacy (momento trascendental en la vida de Spiderman) cantó fantásticamente mientras trabajaba con energía en sus rítmicas e incluso cumplía con solvencia cuando le tocó hacer un solo; todo sin dejar de animar a su público. Una vez más, la labor de los técnicos de sonido fue nefasta. Bajo y teclados se perdían en la nada mientras el bombo asfixiaba al resto de instrumentos. Entre tanta algarabía, el público se dejaba la piel bajo el sol, tanto que los equipos de seguridad repartían las escasas botellas de aguas de que disponían. ¿No se podría haber instalado un toldo o al menos una manguera en este escenario número dos? Finalmente la actuación acabó dejando la sensación de que tienen mucho más que ofrecer en condiciones más favorables.

Coheed And Cambria

Coheed And Cambria

Se acumulaban los primeros retrasos que hacían torrarse a los seguidores de DEFTONES durante media hora más de lo previsto. Tampoco hubiera estado mal que lo hubieran avisado para que, quien quisiera, pudiera buscar refugio en los escasos rincones con sombras. Cualquier cosa valía, un contenedor de basura, una mini-carpa de publicidad de una bebida isotónica, e incluso los malolientes baños químicos. Todo con tal de no sufrir una insolación. No es ninguna tontería, cuarenta grados marcaban los termómetros de Getafe, un auténtico infierno al que había que sumar la asfixiante polvareda que volvía a convertirse en protagonista. Los más previsores, se habían agenciado máscaras respiratorias de calidad, los menos, se cubrían con pañuelos o camisetas y el resto, la gran mayoría, tragaba polvo. A pesar de todo, el público aguantó y se entregó a muerte con la banda que dio una actuación muy sólida. Sonaron potentes, desgarradores, con esos riffs aplastantes como apisonadoras. Los cambios de sonido se sucedían de forma fluida, perfectamente equilibrados. CHINO MORENO se dejó la garganta y el alma. Tremendísima la entrega del front-man y del resto de sus compañeros. Luego se enfundó una preciosa SG para apoyar en las rítmicas en «Drive». La batería parecía un juguete en manos de ABE CUNNINGHAM y SERGIO VEGA, recientemente incorporado, destrozaba sus cuatro cuerdas y apoyaba en los coros. Esta banda desprende una energía y una brutalidad absolutamente contagiosas y su descarga fue sin duda una de las mejores de todo el festival. Ah, y por fin, alguien consiguió conectar una manguera para regar a las primeras filas. Mejor tarde que nunca.

Deftones

Deftones

La organización estaba dispuesta a recuperar el tiempo perdido y minimizar los retrasos así que rápidamente comenzaron a sonar los tambores de guerra brasileños en el otro escenario. El festival ya estaba muy concurrido y resultaba complicado situarse en algún punto de buena visibilidad para ver a SOULFLY. Siguiendo la tónica del resto de bandas, especialmente en este escenario, necesitaron varios temas para obtener su mejor sonido, muy pesado y contundente, pero realmente consiguieron convertirse en un auténtico martillo pilón. Eso si, el bombo seguía estando demasiado alto en la mezcla, daba igual desde donde se escuchara. «Chaos A.D.» fue el pistoletazo de salida para la histeria colectiva. El público, que desbordaba la zona de un escenario que se estaba quedando muy pequeño, saltaba y gritaba como si no hubiera mañana. La batería parecía una manada de búfalos en estampida mientras que la cavernosa voz de MAX CAVALERA lideraba a sus tropas hasta las puertas del averno. El sol del atardecer dejaba una preciosa estampa con un público entregado al homenaje a los desaparecidos PANTERA con «Walk». Los técnicos volvieron a dejar con los pantalones bajados a los músicos cuando en «War of the wars», un amigo subió a cantar… ó a hacer como que cantaba porque su micro no se escuchó durante los dos temas que permaneció en el escenario.

Soulfly

Soulfly

Tampoco se libraron de problemas ALICE IN CHAINS. El cuarteto también necesitó cuatro o cinco temas para conseguir su sonido. Fueron el contrapunto del día. Sus medios tiempos y su particular rock encandilaron a quienes necesitaban un descanso entre tanto Thrash Metal. Bajo y batería cedían el protagonismo a cantante y guitarra, tanto a nivel musical cómo en puesta en escena. WILLIAM DUVAL y JERRY CANTRELL, líderes indiscutibles de este proyecto que vuelve a las andadas tras haber arrasado en los noventa con la explosión Grunge, se apoyaban en las voces y en las guitarras hábilmente. Buenas armonías y fantástico el sonido que Jerry obtiene a su guitarra. Era la última actuación de su gira europea y pidieron un aplauso para su cuerpo técnico por todo el trabajo que habían hecho. Si el sonido inicial era responsabilidad de ellos quizás no lo merecían tanto.

Alice In Chains

Alice In Chains

Pero el grueso del público del festival prefería un estilo de música más cañero y a mitad de actuación de Alice in Chains, tres cuartos de hora antes de la hora prevista para el inicio de la descarga de MEGADETH, el escenario dos estaba absolutamente a rebosar de seguidores que buscaban posicionarse. Otro de los Cuatro Grandes del Thrash Metal estaba a punto de dejar su huella en el terroso suelo de Getafe. Se mascaba la tensión y cualquier excusa era buena para hacer ruido. Un electricista que trepó por una de las farolas laterales para apagarla recibió una de las ovaciones más entusiastas de la tarde. Había ganas de juerga y el público coreaba entusiasta el nombre de sus héroes, solicitando su presencia inmediata. Y les hicieron caso. Uno a uno, los cuatro músicos fueron apareciendo mientras sonaba una versión del «Sabbath bloody Sabbath» de BLACK SABBATH, dejando la entrada triunfal a la estrella indiscutible, DAVE MUSTAINE. Tampoco se libró esta super-banda de los problemas iniciales. Banda y técnicos tardaron cuatro ó cinco temas en encontrarse. Una lástima porque este grupo, aunque algunos echen de menos la formación con MARTY FRIEDMAN y NICK MENZA, está en muy buena forma, al menos en cuanto a instrumentación se refiere, porque no es ningún secreto de estado que la voz de Mustaine ha vivido tiempos mejores. El cantante se defendía bien en los tonos medios pero cada vez que le tocaba subir, recurría a un ahogado y desagradable falsete que no siempre bastaba para alcanzar la nota. La buena cobertura de sus compañeros a los coros no siempre era suficiente. Fueron cayendo temas como «Wake up Dead», «Holy Wars», «Angry Again», «She Wolfs», «Symphony of Destructions» que provocaban el delirio de las hordas del metal. CHRIS BRODERICK ejecutó sus solos con una maestría pasmosa, haciendo alarde de una velocidad y precisión al alcance de muy pocos. La fiesta del metal llegó a su cúlmen con la acelerada «Mechanix» (que tanto nos recuerda al «The Four Horsemen» de METALLICA) de su primer disco «Killing Is My Business… And Business Is Good!». Entre el público se podía escuchar los gritos de un joven sudoroso y agotado que decía haber cumplido el sueño de su vida.

Megadeth

Megadeth


Y por fín llegó el turno de los cabezas de cartel del festival: Los alemanes
RAMMSTEIN y su circo de los horrores. Una gigantesca bandera germana ocultaba el impactante escenario que representaba un laboratorio de locura. La lona cayó, la música estalló y comenzó el espectáculo. Todo un despliegue de luces, fuego, vapor de agua, aire, paneles móviles, lámparas giratorias, disfraces, perfectamente diseñados para intensificar una música machacona y directa pero perfectamente ejecutado. Rammstein es actualmente una maquinaria perfectamente engrasada y ofrecen un espectáculo único en el mundo. No es nuestro deseo desvelar los pormenores de un show que es absolutamente recomendable por su espectacularidad e impacto tanto visual como sonoro aquellos que gusten de presenciar conciertos en las primeras filas que se preparen para pasar calor… mucho calor. La banda interpreta perfectamente su papel cuidando al milímetro cada movimiento, su integridad física les va en ello. TILL LINDEMANN no dispone de una gran voz pero es un maestro de ceremonias absolutamente genial y maneja el lanzallamas con una soltura que asusta. Temas como «Bang bang», «Sonne» ó «Du Hast» fueron representados de forma magistral y aplaudidos por el público con entusiasmo, mientras se oían gritos de asombro entre aquellos que veían por primera vez a la banda. No es de extrañar.

Muchos decidieron dar por terminada la jornada aunque aún faltaba una última descarga:
MESHUGGAH. El Brutal Metal de los suecos agotó las escasas reservas de energía de los valientes que permanecieron en el festival. La mayoría se movían como zombis, impulsados por la música y una determinación inhumana por apurar un poco más la noche. La banda despejó el escenario de amplificadores dejando unas inquietantes luces rojas y paneles con una mente maestra y sus dos manos. Su sonido fue realmente inquietante, terrorífico, propio de una banda sonora de una película Gore y no se dirigían al público si no era para lanzar su cacofonía de Kaos y destrucción, aumentando más aún la tensión. Un colofón de miedo para un fin de semana memorable en Getafe.



Texto: Iván Díaz
Fotos:
Darkerad