La segunda jornada de Hellfest 1, nos devolvió a un clima más normalizado, con calor por la mañana, y fresco por la tarde/noche con incluso mucho viento y algo de lluvia en el momento de actuación de las últimas bandas. Al menos no fue un calor tan sofocante como en la jornada inicial de 42 grados.
Dentro de las espectativas, Ghost fue la banda que se llevo todas las miradas, sin menospreciar , claro esta a Deep Purple o Airbourne o la actuación especial de Vreid con su «1184 Vindir show». Siempre es complicado destacar una actuación e otra, habiendo tantas bandas, estilos así como gustos. Además de lo imposible de poder abarcar todo el arsenal de bandas en 6 escenarios, tocando muchas de ellas al mismo tiempo en distintos puntos. Pero lo vivido nos deja a un Ghost muy sobresaliente, incluso llegando al agotamiento con su corte final, en donde la voz, simplemente, no le daba para mas. Pero a pesar de ese detalle puntual hacia el final, fue de lo mejor de la jornada, por música, puesta en escena y decoración de escenario.
Airbourne nos devolvió al heavy rock más cañero y desenfadado, con mucha adrenalina, los que yo suelo llamar los AC/DC del nuevo milenio. Una banda directa y que deja poco tiempo para tomar aire, ya que todos sus cortes son intensos, incluso fue divertido ver a Joel subido en hombros de uno de sus ayudantes o seguratas de Hellfest corriendo de una lado hacia el otro del mainstage 1 y 2, llendo y viniendo, mientras tocaba su guitarra. Detalles como este gustan a la gente y enciende aún más la sintonía entre la banda y sus seguidores.
Antes de todo ello Deep Purple se encargo de deleitar a los más nostálgicos y unir generaciones entre sus abuelos, padres, jóvenes y niños que acudieron a este festival. Megadeth nos ofreció un show, conocido, pero no por ello menos intenso, son de esas bandas que a pesar de saber como va a ser su directo, siempre es un placer deleitarse con sus temas clásicos y más nuevos. Mustaine, domina el arte del escenario y es un personaje de respeto, por la historia que lleva a sus espaldas.
Si Hellfest 1 iba a ser un festival para calentar a sus fans de lo que se venía encima la próxima semana, estaban equivocados. Se lo han tomado muy enserio, como habitualmente ha sido, dejándolo todo, literalmente en la pista. La sensación grata que nos queda es que esto no acaba el domingo y que habrá más la semana siguiente. Esta impresión va a quedar impregnada en los que hemos asistido y luego vamos a querer que sea siempre así. Por eso, lo mejor es disfrutar de esta edición especial de 15 aniversario, que nos han ofrecido los promotores de Hellfest. Un gran detalle y que no pare la fiesta.