A menudo se nos olvida que el rock, al margen de todas las consideraciones sociales que conlleva, es música, y como tal, una manifestación artística creada para provocar el disfrute de los sentidos. Pues bien, hace tiempo que no gozaba tanto con un disco de rock que, si el mundo fuera justo y la lógica imperara en el negocio de la música, estaría peleándose por ocupar los primeros puestos en las listas de ventas patrias y foráneas.
Como decía antes, pocas veces en los últimos años me he topado con un álbum tan redondo y tan puro, tan libre y tan sincero. Electric Fuel hace honor a su nombre y nos proporciona un combustible casi inagotable, especial para hacer resistir a cualquier ser humano el octanaje del que están compuestos cada uno de los temas.
Difícil resulta destacar un tema en un disco donde hay media docena de posibles singles. My Only Crime abre el trabajo y representa la transición entre el disco anterior y el presente, hasta que aparece el primero de los soberbios estribillos que contiene el álbum. Con Don’t Mess Around, los magníficos coros hacen su primera aparición y las guitarras dan muestra de una solvencia y versatilidad que no abandonarán hasta el último corte del álbum. En Miss Tragedy el coche ya está a máximas revoluciones y I Said No rezuma un aire southern rock que muestra cómo la banda maneja a la perfección sus influencias para crear canciones llenas de matices, en concreto ésta representa un magnífico duelo Thin Lizzy vs Deep Purple donde nadie, excepto los propios Babylon Rockets salen ganadores. Con Runnin’ Down The Road, Bullets For The Jokers y Shortgun el bólido ya va a velocidad de crucero y con el piloto automático puesto para, por si no había quedado claro, despedirse con dos declaraciones de carácter: somos rockeros de nacimiento (Natural Born Rockers) y estamos enganchados al rock’n’roll (R’n’R Addiction). En la primera, el piano, que se ha reivindicado antes con éxito en la stoniana Mary Lane, quiere competir en protagonismo con las guitarras y en la última asistimos al desparrame total en un trayecto sin descanso que acaba abruptamente aunque al tanque le queden unas gotas de combustible. Y ni esas gotas se desperdician (atentos al hidden track).
Y es que los valencianos han entendido que el alma de una canción sigue residiendo, y así será por los siglos de los siglos, en su estribillo. Y aquí los hay brillantes y directos, el motor sin el cual no hay gasolina que mueva el coche. En Electric Fuel no hay respiro, los cortes se encadenan a un ritmo vibrante y no se concede tregua a los medios tiempos. Aquí todo es frenético.
A diferencia del primer disco, Conspiracity (2008), donde se transitaba por el lado más hard-rock y las guitarras sonaban con un timbre más oscuro, en Electric Fuel, se abren a la luz, se respira una pasión por el rock’n’roll como no sentía desde los mejores Diamond Dogs y se transmite el fuerte compromiso que la banda ha adquirido con su público para hacerle disfrutar. Todo un signo de respeto que yo les devuelvo de buena gana.
Tracklist:
- My Only Crime
- Don’t Mess Around
- Miss Tragedy
- Mary Lane
- I Said No
- Runnin’ Down The Road
- Bullets For The Jokers
- Shortgun
- Natural Born Rockers
- R’n’R Addiction