Bajo el nombre de DALRIADA éste es su cuarto disco. Anteriormente, la banda húngara se hacía llamar ECHO OF DALRIADA y como tal sacó dos redondos.
Practican un folk metal con influencias power y cantado en su idioma natal, lo cual podría resultar original en un primer momento pero que puede llegar a ser más cansino de lo esperado.
“Igéret” no ofrece nada nuevo y es más de lo mismo para una banda que no es capaz de aportar más de lo que ya ha hecho en otras ocasiones. Sin embargo, nadie les pide que cambien y parece que el asunto les está funcionando relativamente bien ya que DALRIADA va cobrando fama con el paso de los años, a pesar de que su música no es demasiado atractiva lejos de los parámetros habituales. Aún así, han conseguido que una discográfica como AFM Records apueste por su trabajo.
Aquí, comienzan el disco con una introducción bastante aburrida, no exenta de cierta calidad instrumental pero al estar cantado en su idioma el significado queda relegado a lo incomprensible y se agradece el término de este corte para empezar, de una vez por todas, el trabajo. Y lo hacen con un tema festivo como suelen ser todos los cortes de DALRIADA, con el sonido de instrumentos autóctonos y melodías propias de canciones tradicionales.
Habitual es el juego de voces guturales y melódicas (estas últimas a cargo de una vocalista femenina realmente buena)
Algunos de los cortes pueden hacernos echar un vistazo al pasado y tratan de convencernos de que nos encontramos en un ambiente medieval y rústico, incluso por momentos en una taberna repleta de juglares.
La producción es buena. Las melodías conseguidas fabulosas y las guitarras bastante interesantes pero el disco, en conjunto, sólo es aconsejable para amantes del género y seguidores de la banda.
A día de hoy, trabajos así desesperan y aburren un poco, lo que no quiere decir que los miembros de la banda desmerezcan nuestro reconocimiento y sorprende el aguante y las ganas por seguir fieles a su personalidad. Quizá si para un próximo disco decidieran cantar en inglés… la sorpresa y la repercusión podrían ser mayores.
José Manuel Durán «Rain»