Crítica Dry River – Cuarto Creciente

Crítica Dry River – Cuarto Creciente

Antes de escribir esta reseña, estuve revisando los estatutos de RockInSpain para comprobar si estaba estipulada alguna cláusula que impidiera que alguno de nuestros redactores escribiera sobre un grupo si además pertenecía a su Club de Fans. Tras obtener el visto bueno por parte de abogados y miembros del staff, pude proceder a preparar mi visión objetiva y opinión subjetiva sobre el cuarto disco de los castellonenses Dry River, ‘Cuarto Creciente’.

Siempre he considerado que cualquier crítica que se escriba debe llevar implícita la opinión del que la hace –ya sea cine, teatro, música etc- pero también exponer con la mayor neutralidad posible aquello sobre lo que se está hablando, ya que la gente que se acerca a leer sobre el arte en cuestión, quiere saber en qué consiste la obra, más allá de la consideración de su autor si así quiere expresarla.

A estas alturas de la película, y tras triunfar hace escasos meses en dos de los festivales de mayor calado en España (Rock Imperium y Leyendas Del Rock), imagino que el nombre de Dry River le sonará a la mayoría de público que se acerca a páginas que hablen de rock como la nuestra. Un grupo que contaba hasta la fecha con tres grandes discos, canciones pegadizas, con un nivel técnico fuera de lo común, y que, como me los presentó mi amigo Javi en aquél ya lejano Leyendas del Rock 2019, “son una mezcla de Queen y Dream Theater cantando en castellano”.

He de confesar que al no conocerlos en ese momento opté por quedarme a ver a los navarros Koma que volvían tras varios años a los escenarios, y pese a disfrutar con esa colección de hits que tienen, mi arrepentimiento posterior fue absoluto, lo reconozco. Ese error no lo cometí por cierto en los dos festivales comentados anteriormente.

En la última entrevista que tuve con Ángel, a inicios de la pandemia, le comenté que ‘2038’ me parecía un disco más serio que los anteriores, más maduro, y esa tendencia se repite todavía más en ‘Cuarto Creciente’. El disco, es el primero que graban con su nuevo guitarrista Guillermo Guerrero (tranquilo, esta vez no te llamaremos Guillermo Guerra ni Willy War), que encaja como anillo al dedo en el sonido del grupo. También Miquel a los teclados es la primera vez que graba en un disco de Dry River.

Hablando de primeras veces, han trabajado en esta ocasión con un productor de reconocido prestigio, ni más ni menos que Carlos Raya (Fito, Leiva, M-Clan y en sus orígenes en Sangre Azul, entre otros). El hecho de trabajar con alguien así ha hecho que el disco suene más compacto, más redondo, que exista un hilo conductor en la forma de presentar estas 9 canciones. Aunque después hablaremos de cada uno de los temas, es curioso que tras una portada tan “progresiva”, la mejor de su discografía, no sea éste un disco que tenga una canción “larga”, como podía ser “Peán” en ‘2038’, una de las características más típicas de las bandas de rock progresivo. La mayoría de canciones tienen una duración en torno a los 4-5 minutos, donde no sobra ni falta nada, es más, hacen que el disco se pase volando (sin ser un disco corto).

No sabría decir técnicamente cual fue el primer tema que conocimos, ya que si bien “Capitán Veneno” sonó en El Vuelo del Fénix antes que ninguna, realmente “Culpable” vino con su videoclip y fue la primera en subir a plataformas, por lo que creo que deberíamos tomar esta como la carta de presentación. ¿Y qué tal fue? Pues seguramente de las mejores del disco, la verdad. Los “oooh oooh” del estribillo y el pasaje instrumental desde el 3:07 al 3.25 son excepcionales. En “Segundo Intento” nos traen a los Dry River más ochenteros, no la conocíamos como adelanto y me parece que está muy bien escogida en el orden, ya que su marchoso ritmo y accesible estribillo te hacen recordar los mejores tiempos de Van Halen. Es curioso que a partir de un tempo no demasiado ortodoxo consigan darle forma a una canción tan pegadiza.

En “La Libertad” disfrutamos de algunos de los mejores solos del disco, y es que es un apartado donde han estado especialmente finos: las guitarras suenan como los ángeles en ‘Cuarto Creciente’. Hablando de Ángel, en este disco ha buscado nuevas tesituras en su voz, ya sea rasgando más que nunca como sacando su lado más melódico, incluso dentro de la misma frase sube y baja sin dificultad (aparente). Una canción muy difícil de interpretar por los constantes cambios y que ha quedado realmente bien.

En redes está siendo una de las más valoradas, pero he de admitir que “La Serpiente” no está entre mis favoritas. Es agresiva y algo ecléctica, pero me parece que cuando pasa el bridge que sí es bueno (“el vencedor, la batalla, la escucha, el traidor…”) luego el estribillo no le hace justicia.

Las baladas en el rock tienen un problema: es un género demasiado encorsetado, y hay poco margen para sorprender. En general, excepto que te saques una genialidad como “Me Va A Faltar El Aire” (que tampoco es una balada en el más estricto término), es difícil sorprender. “Si Estás Tú” es bonita, emotiva y está fenomenalmente cantada, pero da la sensación de haberla escuchado antes.

El lado macarra del grupo, la canción más heavy y con una letra muy personal, aparece con “Capitán Veneno”. Desde la intro se percibe que algo especial va a salir de ahí, y es que es un tema muy redondo. De nuevo los coros tienen una importancia enorme en doblar el estribillo, y la parte instrumental sí saca el lado más progresivo de la banda, con un Pedro imperial a la batería.

Hay veces que una canción nada más oírla ya no la olvidas, que al escucharla por primera vez la recuerdas tan bien que te parece que la hubieras conocido anteriormente. ¿Os ha pasado? Eso es lo que me sucedió con “Calles Inundadas”. ¿La mejor del disco? Sin duda. Dividida en cinco actos, tiene todo lo que uno espera de un grupo así: Una letra que a todos nos resultará familiar, un estribillo abrasador con Ángel alcanzando notas altísimas, pasajes musicales que nunca pierden ese tono lánguido que la hace tan especial y un sentir incluso épico que eriza la piel. Una joya.

Funeral” es el tema socarrón y divertido, irónico digamos. Con letra de Carlos Raya, y un solo final de Luis Prado, creo que es de las que seguramente funcione mejor en directo que en disco. Cierra el álbum “Despedida”, que es otro medio tiempo bastante certero y con un estribillo que de nuevo ataca a las emociones, con aires teatrales, de musical.  Una canción de esperanza, que deja al oyente con muy buen sabor de boca.

Dry River habían puesto el listón muy alto, ya que venían de un disco difícil de superar. En ‘Cuarto Creciente’ tengo que reconocer que echo en falta ese click que una vez se enciende ya no sale de tu cabeza. Eso sí, es un disco muy homogéneo, si en discos anteriores había más diferencia entre los himnos y el resto de temas, aquí todas las canciones tendrían una valoración entre el bien y el notable. Cada fan tiene su favorita, y eso es algo muy bueno.

Quizá le falta ese toque de ingenuidad de los inicios, ese atrevimiento de mezclar peras con manzanas y que el oyente salga altamente satisfecho, pero está claro que era una de las premisas con las que trabajaron. Por el contrario, a nivel instrumental, y ahí entraríamos en la parte objetiva, creo que es el disco más elaborado y mejor interpretado por todos los músicos. Y tampoco me cabe el menor atisbo de duda que ‘Cuarto Creciente’ es uno de los 3 mejores discos del año en la música nacional.

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Tracklist

  1. Culpable
  2. Segundo Intento
  3. La Libertad
  4. La Serpiente
  5. Si Estás Tú
  6. Capitán Veneno
  7. Calles Inundadas
  8. Funeral
  9. Despedida

Miembros
Ángel Belinchón– Voz
Guillermo Guerrero – Guitarras y coros
Matías Orero – Guitarras y coros
Pedro Corral – Batería y coros
Miquel Centelles – Teclados y coros
David Mascaró – Bajo y coros

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