GUNS AND ROSES «Appetite For Destruction» – Geffen Records 1987

Leví, voz de Uno, nos reseña el gran album que dio a conocer a Guns And Roses en el mund porque todas circunstancias que lo rodeaban son perfectas e irrepetibles.

Tengo el inmenso placer de hacer una reseña sobre un disco y una banda que podrían ser el perfecto equivalente a Quentin Tarantino en el cine. Guns n’ Roses: Appetite for destruction.

Un amigo me decía que para que una banda sea «una de las grandes», debe tener obligatoriamente «las tres cosas»: Calidad, imagen/actitud y grandes canciones. Yo añadiría que además necesita justo «el momento oportuno».

Appetite fue grabado en el momento más álgido de la banda y por eso tiene una energía descomunal. Si se hubiese hecho antes o después, hubiese sido un gran disco, pero no genial. Los Guns grabaron «eso» en el medio de una situación única, en la que eran tratados como estrellas de rock, pero al mismo tiempo, ni siquiera tenían un sitio donde caerse muertos o dinero, lo cual producía una presión brutal alrededor de todo.

Mucha gente no sabe que cuando Geffen Records apostó por Guns n Roses para grabar su disco de debut, el grupo solo tenía cinco de los temas que luego formaron el disco (Tiene gracia que en el repertorio ya estuviese Don’t cry). Otra de las cosas más alucinantes, es que se descartó trabajar con un «productor» (porque no funcionaba ninguno), y se le dio el puesto a un ingeniero de sonido que simplemente capturó lo que la banda estaba representando en los clubs, con lo cual hizo que se reforzara más que nunca el trabajo de un equipo, en el que todos empujaban a muerte en un instante exacto.

Así se plasmó la esencia de la cultura rock a punto de explotar.
En resumen, bajo mi punto de vista, el Appetite, es un disco mágico porque absolutamente todas circunstancias que lo rodeaban son perfectas e irrepetibles.
Ahora que lo pienso… aquí se acaba la reseña, porque voy a tirarme un rato a escuchar el disco…