Que este otoño está siendo especialmente denso en cuanto a giras se refiere, no es nada que desvele y que el resultado en cuanto a beneficios monetarios sea una incógnita, tampoco. Y que DARK TRANQUILLITY sea una de mis bandas favoritas os lo digo ahora. Ante tanta oferta se intentan crear giras con nombres de prestigio incluso aceptando roles de teloneros como es el caso de los suecos. Crónica Eluveitie, Amorphis y Dark Tranquillity en Barcelona
En el concierto de hoy veíamos una miscelánea de géneros que puede no encajar a unos u otros dependiendo de gustos. En mi caso los special guest DARK TRANQUILLITY me supo muy a poco. Puntuales y siguiendo el riguroso horario que marca Razzmatazz saltaron al escenario.
Tras la salida de los componentes más veteranos solo podíamos ver a Mikael y Martin y otra gira sin bajo. Otro detalle que me gustó fue ver que incluso relegado a teloneros estaban acompañados por una gran pantalla dando muestra de la grandeza y entrega de la banda.
Empezaron su directo sin preámbulos y con el escaso tiempo con temas de los que queremos escuchar como el caso de “Identical to None”. Centraron su set en los tres últimos trabajos sobre todo en “Moment” (2020-Century Media) que no había sido presentado como se merece por la pandemia.
A parte de su música, el éxito de DARK TRANQUILLITY es la actitud de Mikale Stanne. Una persona siempre risueña, cercana y agradecida con el público, a parte de un experto en cambios de ritmos y mostrar agresividad en sus interpretaciones cuando los pasajes lo requieren. Siempre es gratificante y contagioso verlos.
El concierto siguió su curso navegando entre “Moment”, “Atoma” y “Construct” dejando para mí de lado uno de los temas favoritos de la banda que es “There In” de “Projector”. Pero actuando como telonero el escaso tiempo no les permitió sacar toda su artillería. Grata sorpresa cuando sonaron “Cathode Ray Sunshine” y “Hours Passed In Exile” dos temas del que para mi es su obra redonda “Damage Done”.
Con “Misery’s Crown” despidieron su actuación y un gran pesar entre el público. Queríamos más. Nunca me canso de ver esta banda que demuestra, a parte de ser una banda integrada y afinada incluso con las incorporaciones, que disfruta de lo que hace y con pasión lo desarrolla.
Cambio y limpieza de escenario para otra de las bandas con nombre y gran recorrido del panorama. El primer co-cabeza de cartel, AMORPHIS, proveniente de Finlandia, fue el primero en tocar, pero ciertamente no menos importante. Empezaron, fríos, distantes y con cierta sensación de apatía. A parte de Tomi que demostró se un excelente front-man, el resto no se les vio gran implicación más allá que interpretar las notas y su cometido al dedillo.
Abriendo con “Northwards”, AMORPHIS pareció necesitar un par de canciones para bajar las revoluciones de la multitud tras DT y adaptarlas a la suyas propias, pero con “Death of a King” ya tenían el concierto bajo control. Cada canción sonaba perfecta como el álbum, pero la actuación era fría un invierno finlandés.
Hacía muchos años que no actuaban en Barcelona y la grande de Razzmatazz, aunque recortada, presentaba un excelente aspecto. La banda mantuvo la energía en “Silver Bride” con un sinfín de solos de teclado y guitarra. Incluso después de 32 años, la banda aún puede mantenerse al día con las nuevas incorporaciones.
La voz limpia y gutural de Tomi Joutsen sigue siendo fuerte y distintiva, y es un líder sólido como una roca. El setlist era clásico incluyendo “Wrong Direction”, “Black Winter Day” de Tales from the Thousand Lakes y “My Kantele” de Elegy. Santeri Kallio ofrece encantadoras partes de teclado en ambos.
Lamentablemente, el set pareció demasiado corto, y después de que la multitud cantara a coro «House of Sleep», la banda abandonó el escenario. Me hubiera gustado haber visto un set más largo de Amorphis y una interactuación y conexión más alta, ya que ciertamente tienen un catálogo de canciones increíbles para llenarlo.
Cambio de registro metal, es que ahora nos trasladamos a la época prerromana cuando los celtas galopaban por las tierras europeas. En esta época basa su música estilo folk los suizos. Lo admito. ELUVEITIE no era una banda con la que estuviera muy familiarizado, ni un género que escuchara, pero estaba decidido a tener una mente abierta.
Ciertamente me intrigaba la cantidad de personas y la variedad de instrumentos en el escenario y es que contaron con hasta nueve miembros. A parte de la variedad de instrumentos: desde flautas de hojalata hasta violines, pasando por zanfoñas y multitud de instrumentos más con lo que la banda generaba un sonido muy interesante.
La combinación de instrumentos folclóricos y guitarras traqueteantes funcionó muy bien con Chrigel Glanzmann y Fabienne Erni equilibrándose entre sí con sus diferentes estilos de canto. Chrigel era el lado extremo de la banda con sus gruñidos, mientras que Fabienne tenía la voz angelical con la que se hacía cargo de las canciones más suaves. Al igual que con todas las bandas esa noche, el sonido fue absolutamente brillante.
El baterista Alain Ackermann tuvo un momento para brillar durante un impresionante solo de batería que dejaría exhausto a cualquiera después de más de un minuto. Luego, la banda regresó al escenario y tocó más temas de su alargado repertorio terminando su set inicial con el número épico, “The Call Of The Mountains”.
La banda abandonó el escenario, pero la multitud exigió que tocaran uno más. Terminaron tocando tres más, cerrando el set épico con “Inis Mona”. Para cualquiera que no haya visto a la banda y tenga curiosidad creo que tienen una muy buena propuesta para ciertos momentos, pero no para cerrar una velada con DT y AMORPHIS.
Cuatro bandas de calidad en un día entre semana por la noche no es una mala de banda para encarrilar el fin de semana. Sin duda esta deberá ser la tónica para hacer conciertos más apetecibles, incluir bandas de renombre, aunque queden relegadas a los horarios y duración de los teloneros como, tristemente, fue el caso de Mikael y los suyos.