Nueve meses después del evento, en comparación con los planes para el próximo verano, dijo: “Sigo confiado pero temo lo peor. Decidiré a principios de enero si podemos correr el riesgo de iniciar la producción”.

Sobre las causas de la posible cancelación

Cuando se le preguntó qué circunstancias pusieron en riesgo la edición de 2021, respondió:” Este año no pude contar con el reembolso del seguro de parte de los daños. Aún no hemos llegado a un acuerdo, pero estamos avanzando en la búsqueda de puntos en común. Pude contar con ayudas estatales por desempleo parcial. Tengo 22 empleados, no hemos podido trabajar desde marzo, ni un centavo ha ido a las cajas. Hasta ahora mi equipo estaba en un 50% de desempleo parcial, ahora tengo que ir al 30%. En estas condiciones, es muy difícil mantener motivados a los empleados. Hay miedo, es pesado. Es difícil trabajar con esta atmósfera. Si comienzo la producción del Hellfest 2021 y luego en marzo nos veremos obligados a cancelar, habremos trabajado para nada y se acumularán millones de euros en gastos, sobre todo por los herrajes. Pero esta vez no tendré a nadie a quien acudir. Soy casi 100% autofinanciado, con solo 15.000 euros de dinero público sobre 25 millones de euros de inversión. No voy a correr riesgos con los seguros y el estado, porque me dirían: ‘no debiste dejar trabajar a tus empleados y proveedores’. Espero un rayo de sol que dé motivos de esperanza ”.

Barbaud dijo que había recibido financiación del Ministerio de Cultura, que aún no le ha sido acreditado, y agradeció a la afición por no solicitar la devolución de la entrada (solo 300 los espectadores aprovecharon la devolución), garantizando al festival la liquidez necesaria para el próximo año. Sin embargo, Barbaud no oculta el temor de que una cancelación del evento también para 2021 pueda tener graves consecuencias. La única esperanza, dice, es la contención de la pandemia.