Entrevista con Rulo y la Contrabanda

Entrevista con Rulo y la Contrabanda. Después de lanzar «Tu mejor versión» a principios de junio, Rulo y La Contrabanda sacarán su nuevo disco ‘5’ el próximo 3 de noviembre y que, como bien indica su nombre, es el quinto álbum de su carrera en solitario. Tras más de 25 años de carrera, llamamos a Rulo para hablar del nuevo lanzamiento y otros aspectos interesantes de su trayectoria musical.

Rulo: «El motor para seguir es la ilusión, y es lo que más miedo me da perder.»

P: Hola Rulo, soy Edu de Rock In Spain, y quería agradecerte en primer lugar que nos hayas dedicado este tiempo para hablar de vuestro nuevo disco, “5”,  y otros aspectos de la banda.
Genial Edu, sorprendentemente vamos bien de tiempo.

P: ¿Tienes algún ritual especial para celebrar la salida de un disco nuevo?
Lo voy encajando poco a poco. Llevo un año de parón, viviendo hacia dentro por la creación del disco, la grabación… y hoy he empezado la promoción y estoy desengrasándome un poco artísticamente (risas). El año anterior me dediqué a componer un disco que me gustara, iba a decir un buen disco pero, ¿qué es un buen disco y qué no? Así es que preparé un disco que me gustara a mí. Es algo que me cuesta lo mío, soy muy crítico conmigo mismo, y ahora una vez que lo tengo toca defenderlo, primero ante los medios y el año que viene ante el público.

P: ¿Cambia mucho tu sensación del disco, la primera vez que lo escuchas de manera completa?
Sí, la verdad es que es un puzzle en realidad. Yo sigo creando en formato álbum, yo soy defensor de lo que es un disco de 10 canciones, con sus 10 capítulos. Me lleva mucho tiempo elegir el orden de los temas en el disco, es algo en lo que me fijo mucho.
Una premisa que me marco siempre Edu, es que ninguna de las canciones sean iguales entre sí. Todo lo demás es cero predispuesto, mi objetivo es que ninguna sobre en mi criterio personal. Por eso compongo 24 temas (risas), no soy un compositor que lleve a disco todo lo que compone, hago auténticos bodrios también. Y cuando consigo 10 canciones que me gustan entonces grabo el disco, y por eso he tardado 4 años. 

P: ¿Una de las mayores dificultades a la que se enfrenta un músico es luchar contra su pasado, contra las dichosas comparaciones entre el material nuevo y el lanzado anteriormente?
Claro. Cuantos más discos vas grabando, más cuesta conseguir una canción que me guste. A veces estás en casa, vas empezando una canción y dices: Hostia, esto ya lo he compuesto, ya lo he cantado y además mucho mejor que lo que estoy haciendo ahora.
Sobre la lucha que comentas contra el pasado, efectivamente cuesta mucho. A mí lo que me ayuda es que soy inquieto y no hago siempre el mismo disco.
Por ejemplo, “Cuestión de Fe” es una canción que se me ocurrió en casa: “Tum, pah, tum tum” (tararea Rulo), un bombo y unas palmas, que era como en las misas góspel, un poco inspirado en ellas. Es la más diferente del disco, y a Paco Salazar, amigo mío y que es el productor del álbum, se la di en una demo, es la que más he producido. La producción es de él ojo, yo no voy de productor porque no lo soy, pero es la primera vez en toda mi carrera que le doy la canción a un productor y le digo: es esto pero sonando bien (risas). Yo desde casa grabé las palmas y el bombo con un ordenador, y toqué el resto de instrumentos para esa demo que le pasé.

P: ¿Cómo es el proceso desde que empiezas a componer hasta que esas canciones pasan a grabarse?
Yo compongo siempre con piano o guitarra, y llego al estudio con guitarra y voz solamente. Una vez en el estudio, entre el productor y yo vemos por donde podemos llevar el tema. Esto es para que no sea monotemático todo. El caso de “Cuestión de Fe” que comentábamos antes, es un tema que le puse a la banda en la gira que hicimos el año pasado de celebración del 25 aniversario, les dije todo emocionado: “Mirad qué tema más diferente traigo”. A veces tú estás emocionado y no funciona (risas) pero yo aquí tenía la corazonada que sí, se lo puse al grupo y me dijeron que estaba de puta madre.

P: Decías que para ti era muy importante tener una mentalidad inquieta y con ganas de hacer cosas diferentes.
Al ser inquieto y no estar en una banda sino ser solista, puedes permitírmelo. A todos nos pasa, cuando se nos rompe el grupo y nos vamos en solitario tienes más libertad, no tienes el corsé de una banda. El juntar libertad e inquietud, te hace que también te repitas menos. Mi disco duro está ya petado, 15 discos como compositor… si no innovaras estarías repitiéndote cada disco, pero en peor encima.
Eso lo percibo en bandas que me gustan mucho, que llevan muchos años y que al final los últimos discos dices: esto ya lo han hecho antes y mejor que lo de ahora.

P: Hay grupos que graban discos con la excusa de poder salir de gira.
Yo no, yo paro totalmente el proyecto, me obsesiono con el nuevo disco y no paro hasta que no termino. Lo hablaba con Bunbury una vez y me hizo pensar. Él me decía: Los que llevamos muchos discos –él lleva más que yo obviamente pero me incluía en el grupo- , que luego se quede una canción, dos o tres en el repertorio para siempre es la leche, y si lo piensas es verdad. Aunque claro, ese debe ser siempre  nuestro objetivo.

P: Comentaba Fito Cabrales que había tardado 7 años en componer ‘Cada vez Cadáver’ porque quería asegurarse que no fuera un disco de menos nivel que los anteriores. En tu caso 4 años han pasado desde “Basado en Hechos Reales”.
Claro, estoy totalmente de acuerdo con Fito. En mi caso, sé que voy a espaciar los discos, mi media eran 3 años últimamente, en este caso igual por la pandemia o porque tenía que ser así han sido 4… pero sé que me va a costar cada vez más.
Yo paso de sacar un disco con 5 canciones que me gusten y 5 que me gusten un poco menos, ya que si lo hiciera ¿Cómo lo voy a defender ante ti?

P: ¿Cómo ves la nueva moda de lanzar temas sueltos en vez de discos completos?
Mucha gente se desencantó de los discos cuando apareció el CD, y los grupos empezaron a meter 14 canciones de las cuales sonaban en la radio 1 o 2 y el resto lo descuidaban. ¿Cuántas veces hemos ido tú o yo a comprar un CD, y solo valía la pena una canción? Y grupos que por sacar un disco al año tenían mucho relleno… por eso ahora se trabaja por singles, yo creo que viene por la desilusión que como compradores hemos tenido. 

P: No siempre los temas más pegadizos son los mejores de un disco, pero con “Confeti” yo creo que tenéis una canción que funcionará muy bien en directo y que tiene pinta perdurará un buen tiempo en vuestros setlists. ¿Qué nos puedes contar de esta canción?
A mí me cuesta mucho presentar las canciones sueltas, ya que no hay una que represente a las 10 del disco. Pero claro, sé que al final hay que mostrarlas.
“Confeti” es un disparo certero, es como pum, la podría haber compuesto hace diez años, para “Señales de Humo” por ejemplo. “Cuestión de Fe” en cambio no hubiera estado en ese primer disco. “Confeti” tiene ese punto fresco, y junto “A lo Bonzo” son las dos más rockeras. Yo creo que “Confeti” se va a quedar en los repertorios durante un buen tiempo, “A Lo Bonzo” no lo sé, ya lo dirá el público pero “Confeti” huele a que seguirá, al igual que “Tu Mejor Versión” por ejemplo.  

P: Has incluido en el disco “Dentro de una Canción” que la conocimos el año pasado como la novedad dentro de la gira 25 aniversario.
La he querido repescar, no por relleno ya que como te decía tenía veintipico canciones, sino porque yo quería que estuviera en un álbum físico, lo tenía clarísimo que iba a ser uno de los temas del nuevo disco, y así se lo dije a Warner.
Si no hubiera sido así, se hubiera quedado solamente en digital, y creo que le viene muy bien al disco. Incluso pensé que fuera el cierre, pero como luego salió “De Parranda”, ésta encajaba mejor como broche por su cadencia, su emotividad, y la desplazamos a la 9. “Dentro de una Canción” es una oda al oficio, y me parecía que si no entraba quedaría como una canción menor, y a mí no me lo parece. Además, funciona súper bien en directo. 

P: ¿Tienes líneas rojas sobre algún tema que intentas evitar a la hora de escribir las letras de las canciones?
No. Es el momento, no tengo líneas rojas, si algo me chirría en mi boca no lo pongo, pero no tengo autocensura. Podría hacerme el guay y decir que sufro censura de mi compañía (risas) pero no es verdad. Mi compañía no ha hecho más que apoyarme toda la vida.
Por ejemplo en política, como yo soy un tío moderado, no tengo nada que hacer hoy en día, que está todo muy crispado. Si estuviera muy posicionado en algún lado y no escribiera sobre eso te lo diría, pero no es el caso. Yo los temas políticos los veo desde el lado emocional, y eso me permite ver quien hace bien las cosas y quien no, el no tener una militancia acérrima con nadie. Puedo ser crítico con todos o decir qué cosas hacen bien de todos. Yo soy muy transparente, al igual que en las entrevistas, para mí no son entrevistas, son charlas.

P: En el libro “Tres Acordes y La Verdad”, te abres para abordar algunos de los temas más difíciles y también como explicación a muchas preguntas que te han hecho recurrentemente en entrevistas pasadas. ¿Te costó mucho contar tantas cosas y que quedaran reflejadas en un libro para la posteridad?
Yo es que no concibo ser de otra manera. En este disco, si te fijas en la portada, yo no quería salir inicialmente en ella. Junto a Álvaro Fajardo, amigo y diseñador, estuvimos buscando ilustraciones, ya que llevo 11 años con Rulo y La Contrabanda, y en el primer disco entiendo dar la cara pero ahora ya le dije a Warner que no pensaba salir en ella. Al no encontrar nada que nos convenciera, les dije: Tengo una corazonada sobre una posible portada que puede funcionar, que es la crudeza del torso de un rockero tatuado sin camiseta, con la fragilidad de un bebé, que además es mi tercer hijo por lo que no tuve que pedir favores a nadie (risas). Y que al ser el tuyo es todavía más emocional.
La portada ilustra qué soy yo y la música que hago tío, la fragilidad por un lado, canciones caricia como “De Parranda”, dedicada a un buen amigo fallecido, y puede haber “Confeti” o “A Lo Bonzo” que es un arañazo. Hay caricias y arañazos, así concibo yo los discos y la música, y la portada muestra esa dicotomía entre la dureza y lo blando. Soy capaz de acariciar y de arañar, incluso hay canciones que empiezan de una manera y acaban de otra.

P: ¿Cómo fue el proceso de creación de la portada?
Para que veas como son las corazonadas, tenía claro que si salía yo tenía que ser tal cual es la portada. Yo me he movido por corazonadas toda mi vida tío, todo lo hecho artística y personalmente por ellas, y aunque la vida me ha arañado, más veces me ha acariciado. Siempre digo sí a las corazonadas. Busqué a un amigo fotógrafo de Cantabria, había que alquilar un estudio… vamos que la corazonada iba a costar un dinerillo (risas), pero Antonio me dijo, síguela. Mi amigo Manu hizo 3 fotos, y dijimos: ya está. Y salió la portada que visualizaba en la cabeza, pero no sabía si iba a funcionar.

P: Se trata de una portada que llamará la atención en las tiendas de discos y centros comerciales.
En el disco anterior salía yo en una foto muy chula, pero efectivamente la nueva es una portada que tiene impacto. Aunque ya no se vendan discos físicos como antes, espero que al menos lleve la mirada unos segundos hacia ella (risas).

P: Si no me equivoco firmáis con Warner con La Fuga en “Calles de Papel” y desde ese momento has trabajado con ellos tanto en tus últimos discos con La Fuga como en todos los discos de Rulo y la Contrabanda. ¿Es difícil mantener una relación tan duradera con un sello discográfico?
No, para nada. Yo marco los tiempos, artísticamente me dejan un 300% de libertad, no sé si tengo firmado un disco cada dos años o cuanto, pero nadie me obliga a grabar cuando no quiero. Ellos además son los primeros interesados en que cuando salga, el disco esté bien, por eso en ese sentido en DRO/WARNER siempre me he sentido como en casa.
La gente te asusta sobre irte a una multinacional, pero yo recuerdo cuando llevábamos 3 discos con La Fuga, y hablaba con Marea, con Fito Cabrales, con Rosendo, los Barricada… que estaban todos en DRO/WARNER, y yo les preguntaba: ¿Pero me dejarán hacer esto o aquello? Con el miedo lógico a que me fueran a manipular y tal. Pero todos nos decían: Es la casa del rock y la música en España, hacemos lo que queremos y solo hacen que apoyarnos, así es que a raíz de eso entramos y realmente estoy donde quiero estar, y no creo que estuviera mejor en ningún otro lugar.
Es igual que con Iñigo, mi manager, solo firmamos el primer contrato de dos discos, luego el resto es todo de viva voz. No tengo contrato con él, estamos porque queremos estar, igual que con mi banda. Nadie da por hecho que va a estar toda la vida, ni yo doy por hecho que ellos van a estar. Termina una gira, y luego te llamas por convicción total, no por contrato, y con Warner me pasa igual. Además, estoy en el sello que aparecía en todos los discos que compraba de pequeño: Extremoduro, Los Secretos, estaban ahí, y ha terminado siendo mi casa desde hace más de 20 años, desde “Calles de Papel”. 

P: Hace unos meses entrevisté a tu compañero y amigo Fito Garmendia para hablar de su primer disco “Ahora”, y me dijo de que tu mayor virtud era el tesón, la fuerza de voluntad y tu capacidad de trabajo. ¿Cómo logras mantener ese esfuerzo durante 25 años de carrera?
El motor es la ilusión y es lo que más miedo me da perder. Ilusión no solo de sacar un disco y emocionarme, como me pasó el otro día cuando recibí el disco en casa y al abrirlo casi me pongo a llorar. Ilusión en seguir metiéndome en mil fregados como la gira de teatros. Cuando empecé con Rulo y la Contrabanda quise hace gira de teatros porque lo había hecho con La Fuga y funcionó bien. Cuando empezamos a llamar para alquilar teatros, conseguimos 12, y llenamos todos menos uno. Con el segundo disco hicimos 24, con el tercero más… y mi manager me decía: Eres un cabrón, has convencido a tu público (risas). Porque claro, yo le puedo echar un pulso al público pero si ellos no responden, pues no lo vuelves a hacer. Él me decía: De repente metes a tu público rockero en teatros y funciona, ese es el tipo de líos que me gusta. O la última gira de América Latina, en vez de ir a los 5 países de siempre metimos Perú, y tocamos para 200 tíos en Lima. ¡Y yo era feliz! Esa es la historia.
A veces ves a gente veterana –ojo que yo soy veterano pero no viejuno porque empecé muy joven-  y están quemados, pierden punch, y ese es mi mayor miedo, que se apague el piloto de la ilusión. Yo podría poner el piloto automático, meterme en menos líos, sacar mi disco, dar 50 conciertos y parar dos años para irme al mar o la montaña, yo que sé. Pero me gusta hacer cosas nuevas, como aquella vez que me fui solo a hacer azoteas de España, sin nadie, o lo hacía solo o no lo hacía. De eso aprendes mucho, te forman como artista.
También tengo la sensación que en España si haces lo mismo y eres continuista, eres mejor para el público. Sin ser Bowie obviamente, o Enrique (Bunbury) al que adoro personal y musicalmente, sin ser tan enredador pero sí que me gusta probar cosas nuevas. El otro día me entrevistó Juan Destroyer, que me ha entrevistado desde 1998, cuando yo tenía 18 años, y me dijo: cambias de músicos, productor, pero yo en todos los discos te veo a ti, y eso es la hostia, me pareció un piropazo. Ser enredador pero seguir siendo tú. También es verdad que letra, música y voz, las tres cosas salen de la misma persona y eso es determinante. Si eres el que compone y el que lo canta, es muy difícil que dejes de ser tú.

P: En la gira 25 aniversario con temas de La Fuga y Rulo y la Contrabanda, percibí que la gente disfruta por igual los grandes éxitos de ambas etapas.
Por eso hice esa gira Edu, que me la inventé yo mismo (risas). 25 conciertos, 25 noches, una por cada año. No tenía disco para grabar, por lo que era de cajón celebrar los 25 años para reivindicar canciones que había escrito yo, me apetecía mucho. Eso solo lo puedes hacer si estás en paz con tu pasado, que yo siempre lo he estado, y si luego te ha ido bien en solitario, claro.  Si no fuera así, lo harías quemado o igual ni lo harías. En Barcelona hicimos Razzmatazz, que son 2.500 espectadores pero con la Contrabanda metí 300 más la gira anterior, es decir, no fue buscando que viniera más gente. Sí que Madrid metimos más de 9.000 espectadores en el Wizink Center, pero es porque yo ya dije que no quería tocar dos años seguidos en Madrid, para que el Wizink fuera una olla a presión. Si te haces mil bolos por la zona, al final pierdes músculo para el Wizink, y más para un artista como yo que no soy de los que saca el Wizink y vende todas las entradas en dos días.

P: Si quisieras podrías tocar un repertorio 100% de Rulo y la Contrabanda y la gente saldría igualmente contenta.
Sí, realmente en estos once años solamente hacíamos dos de La Fuga, “P’aquí P’allá” y “Por Verte Sonreír”, que me encantan tocarlas. E igual dentro de diez o quince años lo volvemos a hacer, un mix de esos, a mí me gustan ese tipo de líos. Bastante peña me viene a ver para los líos que me meto (risas).

P: Al final el público es quien decide si las decisiones que vas tomando son las correctas.
Al público lo vas acostumbrando también. Lo que no puedes hacer es estar 15 años haciendo diez discos iguales, y de repente cambias de productor y das un giro radical. Yo grabé ‘El Doble de Tu Mitad’ con Carlos Raya, que somos amigos y vecinos, y podría haber seguido con él, pero para ‘Basado en Hechos Reales’ me fui a Los Ángeles a grabarlo, ahora con mi amigo Paco hemos hecho otro… ya que la voz y las composiciones son siempre mías, busco que al menos la producción que es el último barniz, sea diferente. Así el oyente lo agradece también.

 P: Dentro del trabajo de un músico hay distintas etapas, ¿En cuál te sientes más cómodo si tuvieras que elegir entre la composición, la grabación o la posterior gira de conciertos?
Últimamente me estoy reconciliando con el estudio (risas). Hace tiempo, hostia, grabar se me hacía un poco… ten en cuenta que es tedioso, es muy lento, y no tiene demasiada creatividad. Lo que más me gusta es componer, a mí me flipa que tras ciento y pico canciones, por qué carajo tengo un papel en blanco, y puedo estar dos meses sin ninguna idea y de repente un día me pongo a las 23.00 de la noche y a la 1.00 he terminado una canción como “De Parranda” que la he compuesto en dos horas. ¿Quién me puede explicar eso? Yo, como compositor, no puedo explicarlo.
Tocar en vivo, es la otra parte donde también disfruto mucho, es la cumbre de todo.
Y volviendo al inicio, al estudio que le tenía un poco de manía por la lentitud, pero esta es la primera vez que he grabado por etapas y me va a costar a volver al método anterior, de encerrarme 22 días en un sitio, 8 o 10 horas al día en una burbuja donde no haces otra cosa y de donde sales cansado y enfermo. En estos casos, cuando vas por la canción 8 tanto el productor como tú estás cansado, no puedes dar tu 100%. Ahora he hecho etapas de composición, igual tenía 7 canciones, me quedaba con las 3 que más me gustaban y las grabábamos. Y luego volvía a la composición pero con mi pequeño botín de 3 temas en casa, ya mezcladas y todo. Sacaba dos más, llamaba a Paco y le decía, reserva el estudio que vamos a grabarlas. Encima al lado de casa, he grabado un disco sin darme cuenta tío. Y siempre que estaba en el estudio era a full, y sabiendo que si una canción no me gustaba la mandaba al carajo.

P: ¿A esos descartes, no intentabas darles otra vuelta, cambiarles el tempo o buscar otro formato donde funcionaran?
No. Yo sabía que si una no me gustaba, al disponer del estudio podíamos probar y si no funcionaba se descartaba. Eso te hace arriesgar más, y estar más a gusto. En otras ocasiones era en el estudio donde rematabas igual los dos temas que faltaban, o ibas con 11 temas y tenías 21 días para grabarlos, eso te daba poco margen y mucho estrés, una presión que para la creación no es buena tío. Grabar por etapas es por el bien del disco en definitiva. 

P: Fito & Fitipaldis fue anunciado como el artista español con más público en 2022.  Como sé que sois buenos amigos, aparte de alegrarte por él, ¿Podrías explicar desde tu punto de vista cuales son los motivos que han hecho que salga el primero de la lista por delante de Alejandro Sanz, Rosalía o Manuel Carrasco?
No lo sé, la verdad. En primer lugar, es una grandísima noticia que Fito sea el mayor vendedor de tickets en España. Y en segundo lugar, hay momentos en que es inexplicable, o sea, ¿Cuándo pasa alguien al mainstream? Por mucho que hables con gente que lleva 50 años en esto, nadie sabe por qué es. Cuando de repente se hace todo tan grande, es algo inexpicable, y afortunadamente es así. Además, lo interesante es que no es algo buscado, cuando ahora mucha gente busca eso, intentar pegar un pelotazo rápido.
¿Por qué de repente haciendo cosas que hacías anteriormente, va a verte tanta gente? No es que te pases al reggaeton y entonces lo petes (risas). Pasa un poco como con Extremoduro, yo lo vi en las afueras de Santander hace años, en un garito de 300 personas, en primera fila sin vallas delante de Robe, y de repente, casi de la noche a la mañana pasaron a llenar el antiguo Palacio de los Deportes tres noches. ¿Quién puede explicar eso? Y hay gente que lo hace igual de bien, y no pasa de los 300 o de los 2.000. A mí me gusta que no haya una fórmula, porque si no se usaría mal.

P: Cuando compusiste una canción como “Noviembre”, ¿Sabías desde el primer momento que iba a ser un tema que pasaría a ser de los más especiales o siempre queda la duda de cómo será recibido?
No, yo cuando compongo pienso que me guste a mí, que ya bastante me cuesta. Cuando acabas el disco, porque me está pasando con “5” que analizas de nuevo todo porque también vosotros me hacéis reflexionar más cuando me preguntáis, sí que sabes qué temas pueden funcionar mejor. Aquí por ejemplo “Confeti” sabes que es especial, y en aquél momento “Noviembre” sabía que lo era, pero tampoco sabía que se iba a quedar como un clásico de la banda. Eso hasta que no rueda la canción y el público decide, no lo sabes. El juez es el público, y además “Noviembre” me ha dado mucho porque mucha gente se acercó al proyecto por esa canción.
Los singles no nos gustan mucho a los compositores porque dices: Joder, quedarme solo con una canción para mostrar… pero es verdad que gracias a un single, yo me he acercado a grupos, por ejemplo a Los Rodríguez me acerqué por “Sin Documentos”. Es una canción que no es la que más me gusta de ellos, pero es la que me hizo profundizar, y mucha gente eso lo ha hecho gracias a “Noviembre”.
Ha pasado también con “Heridas del Rock&Roll” o “Mi Cenicienta”, que gusta mucho a los niños, no sé, igual es porque dice puta (risas).  O “La Cabecita Loca”, “32 Escaleras”, esas canciones con mucho ritmo gustan mucho, con melodías pegadizas y acordes mayores. Al final son singles que hacen que igual la gente profundice y llegue a “De Parranda”, que es una canción que nunca sería un single porque es un poco más especial, de segunda escucha que les llamo yo a ese tipo de temas.

P: Haciendo un poco de memoria musical, ¿Te viene a la cabeza alguna canción que hayas compuesto para La Fuga, o para la Contrabanda, que pensaras que era especialmente buena y que por el motivo que sea no ha llegado a ser de las más reconocidas, bien porque no ha sido habitual en los setlists o bien porque no tuvo la recepción esperada?
“Heridas del Rock&Roll”. Al componerla en la época de La Fuga vi que era diferente, y para quitarme yo ese miedo a que igual la banda no la quisiera, porque teníamos un corsé de hacer canciones más rápidas que una balada porque sino nos mataban (risas), dije pues se la daré a alguien, que la grabe otra banda, otro proyecto, y gracias a eso la hice luego para Rulo y la Contrabanda y pasó lo que pasó. Al final esa canción tan especial pude grabarla para mí.

P: Habéis anunciado ya las primeras fechas de presentación de “5” en 2024, y será una mini gira de salas. ¿Te apetecía volver a ese contacto más cercano con los seguidores?
Nosotros somos muy versátiles, hacemos salas, teatros, festivales además muy eclécticos, escenarios grandes… pero donde más me gusta tocar siempre es en sala, cuando es formato eléctrico, y en teatros cuando es en modo acústico.
Si tuviera que dar el último bolo de mi vida, no lo haría en el Wizink Center, lo haría en La Riviera.

P: Para terminar, ¿Algún disco que hayas escuchado recientemente y quieras recomendar a nuestros lectores?
Ahora estoy enganchado, fíjate que llego tarde, a Kings Of Leon. Conocía los singles pero ahora me sé hasta la cuarta canción del disco no sé qué (risas). Estoy así de tarado (más risas). Me he dado cuenta que me paso el día escuchando música, mi pareja siempre dice: joder, estás todo el rato con la música (risas), pero es que estoy descubriendo cosas constantemente.

Muchas gracias Rulo por esta charla, felicitarte por el nuevo disco y nos vemos en la próxima gira de 2024.
Gracias a ti Edu, te mando un abrazo muy grande, nos vemos en el concierto de Valencia.

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