Adelanto ya que si de normal las críticas son todas subjetivas, en el caso de Saratoga, uno de los grupos de cabecera nacionales, de los que más expectación crean con cada paso que dan, lo va a ser todavía más.
No han sido pocos los cambios de formación que ha tenido Saratoga a lo largo de su dilatada historia. La más sonada, cuando 3 de los 4 miembros del grupo salieron de él tras “Tierra de Lobos”, un disco incomprendido por la crítica pero fabuloso de principio a fin. Niko rehízo la banda, y ya van tres álbumes con el nuevo grupo, siendo el anterior “Secretos y Revelaciones”, uno de los puntos más álgidos de Saratoga, pudiendo mirar de tú a tú a “Agotarás” o “Vientos de Guerra” sin ningún tipo de rubor.
A estas alturas seguro que más de uno ha decidido dejar de leer la crítica, pero si no es tu caso, a continuación detallaré los motivos del porqué de esta decepción.
¿Han cambiado Saratoga de estilo? ¿Se han pasado al nu-metal? ¿Han sacado un disco de sevillanas? Se preguntará más de uno. Pues no. Saratoga ha sacado un disco que suena a Saratoga, siguen fieles a su estilo. Algo más oscuro eso sí, pero sin ser Dimmu Borgir. Eso garantiza una buena producción, buena ejecución y una buena voz de Tete Novoa, que se consolida como la mejor opción para sustituir al anterior Leo Jiménez.
¿Qué pasa entonces? Pues que las canciones, muy a mi pesar, parecen ser las caras-B de su anterior álbum, “Secretos y Revelaciones”. Muchas de ellas recuerdan al anterior álbum pero sin la capacidad de sorpresa ni la calidad que tenían aquellas. Un buen ejemplo es “Hasta el día más oscuro”, un tema bastante aburrido si se compara con “El planeta se apaga”, de tempo similar. O el cañonazo que era “Deja-Vu”, una de las mejores canciones de la banda, lo intentan repetir con “Revolución”, pero ésta parece la prima fea de aquella. El single “Juicio final” tampoco ayuda, muy lejos del trallazo que fue “Jamás sufriré por ti”. Pegadiza sí, pero con la sensación de haberla escuchado antes en diez temas similares.
Sé que las comparaciones son odiosas, así es que por sacar el lado positivo del álbum, que también lo hay, decir que “Corazón herido” y “El último vals” suenan bastante bien, frescos y con algo de la originalidad deseada. “Condenado” saca su lado más oscuro, con unas voces guturales de fondo y un trabajo muy brillante de Tony a las 6 cuerdas.
Esperemos que esta sensación gris sobre “Némesis” sirva para que en el próximo disco nos vuelvan a sorprender como antaño. Mimbres tienen más que de sobra, ya que por algo son la mejor banda de heavy metal en castellano.