¡Vaya sorpresa me he llevado con este disco! No conocía de nada a Arkona, pero tengo claro porque está en la lista de bandas de uno de los sellos más potentes de este género, Napalm Records. Una propuesta fresca y diferente a toda la gran masa de discos repetitivos que salen al mercado repitiendo todos los mismos patrones. La banda rusa se mete dentro del grupo de Pagan Metal, un movimiento bastante minoritario y que se deja ver ya desde la intro Mantra, que comienza con una voz en un monólogo que consigue meterte en situación, helando la sangre a cualquiera. Poco después ya salen a escena sonidos e instrumentos propios del folk europeo, haciendo que nos imaginemos más un ritual pagano alrededor de una hoguera.
Shtorm ya es la primera canción con elementos de metal extremo, fusionado a la perfección con diferentes melodias que rebajan la dureza y arreglos de pianos y vientos que demuestran la gran calidad y complejidad de su música. En la parte vocal, también vemos a los dos protagonistas, la voz masculina gutural que se encarga de narrar con dureza las diferentes historias. Y la voz femenina acompañada de coros, que en mi opinión es la clara diferenciación y punto a favor del grupo. Sin duda los mejores momentos del disco, aparecen cuando canta ella. Lo que he sentido al escuchar este disco de Arkona, es como volver a los viejos tiempos de los primeros discos de grupos como Eluveitie. Donde la magia estaba en el aire, y aun veías pasajes arriesgados en su música que conseguían sorprenderte. Sin repetir la formula fácil que sabes que funciona, sin pena ni gloria. Solo hace falta escuchar el inicio de Tseluya Zhizh, con esa voz femenina con eco para engancharte e interesarte para lo que viene después. Riffs duros, guturales a flor de piel, un estribillo pegadizo y pasajes instrumentales largos y con ese toque oscuro y misterioso. Pero es que es un tema que no para de evolucionar por diversas razones y una sin duda son sus diecisiete minutazos que la avalan como pieza angular del álbum. Perfecta para los más atrevidos.
Tengo que reconocer que a mi se me pasó volando, pero no es para nada un disco corto. Rebionok Bez Imeni dura otros doce minutos y el resto de la lista no baja de siete y medio. Pero con la música siempre en movimiento. Khram tiene un toque más épico, al ser un corte con un tempo más lento y con un sin fin de arreglos que potencian y agrandan la instrumentación y que te consigue pillar a contra pie con la cabalga que se acelera de repente a ritmo de un doble pedal sin descanso. Y que mejor manera de rematar este pasaje que finalizando con un juego de voces entre las dos voces a un nivel desgarrador que a más de uno pondrá la piel de gallina.
Podría hablar de muchos momentos del álbum, pero es mejor que cada uno los descubra por si mismo, acabare comentando el final con el tema Volchista con mucha presencia folk y melodías que van apagando y cerrando todo el viaje y fuisonandose con la coda final también titulada Mantra, donde vuelve a aparecer la voz de ultratumba que cual narrador cierra este disco, haciendo que vuelvas a esa hoguera que mentaba al principio.
Es verdad que son muchos minutos de disco, algo no habitual últimamente y que puede cansar a la larga al oyente. Pero os aseguro que merece bastante la pena. Es fresco, como repetía antes y diferente, sin intentar atraer a las grandes masas, sino intentando centrarse más en las melodías e instrumentación y alargando la música lo necesario, sin matarla antes de tiempo. Como pasa tantas otras veces. Algún día este Khram estará en mi colección de discos, no tengo duda.
Tracklist:
- Mantra (Intro)
- Shtorm
- Tseluya Zhizn’
- Rebionok Bez Imeni
- Khram
- V Pogonie Za Beloj Ten’yu
- V Ladonyah Bogov
- Volchitsa
- Mantra (Outro)
Enlaces:
Músicos:
Masha «Scream» – Voz
Sergei «Lazar» – Guitarra
Ruslan «Kniaz» – Bajo
Andrey Ischenko – Batería
Vladimir «Volk» – Instrumentos de viento étnicos