Electric Mary and How Rock and Roll Used to Taste

Crónica de ELECTRIC MARY en la sala Caracol de Madrid.

Texto y Fotos: Javier Cascante 

How Rock and Roll Used to Taste

La banda de Rock «Electric Mary» regresó a Madrid como parte de su gira europea, con su nuevo disco «Mother». Su eslogan «How Rock and Roll Used to Taste» describe perfectamente su música, su presencia y su show.

 

En la Sala Caracol se respiraba un ambiente lleno de buena música, con una producción impecable y que estaba totalmente repleta de un público hambriento de buen Rock, compuesto por personas de todas las edades. Incluso una artista de Sketch realizó un dibujo en vivo de la banda mientras disfrutaba del espectáculo.

 

La banda originaria de Melbourne, creada en el año 2003, nos regaló un show de un nivel excepcional, tanto así que excedió las expectativas de muchos de los presentes (incluyéndome). Esta banda, que toma influencias del hard rock y rock and roll, cómo Led Zeppelin, Deep Purple, Queen y con un sonido que nos recuerda a grupos como Shaman’s Harvest y Black Stone Cherry, inició su show con muchísima energía y fuerza, con canciones como «Let me out» y «Gimme Love», a lo que los asistentes respondieron de la misma forma coreando sus mejores singles.

 

Su vocalista Rusty estuvo en un nivel vocal excepcional y nos hizo recordar a Robert Plant. Además de ser un frontman sensacional, logró con facilidad conectar con el público gritando «olé olé» y «¡España! ¡España!” y realizó una demostración de potencia vocal con sus agudos raspados.

 

Alex Raunjak (bajista), se robó el show con su energía, presencia y relación con los asistentes. Se dedicó a saludar y agradecer a un público que cada vez gozaba más del show. Se notó en su cara de felicidad lo mucho que disfrutaba tocando para el público que estaba presente en Madrid.

 

¿Qué decir de los guitarristas? Pete Robinson y Brett Wood, se lucieron durante toda la noche con un sonido, técnica y tono impecable. En esencia, hicieron sonar sus guitarras tal y como cualquier guitarrista desearía sonar (en el que me incluyo) y en ejecución, dieron un gran espectáculo de solos y riffs con sus Gibson y PRS.

 

Por otra parte, el miembro escondido de la banda, Paul Marret (batería), hizo un trabajo tan bueno que toda la noche nos tuvo moviendo la cabeza y nos deleitó con un sensacional solo, que una vez finalizado recibió la ovación de todos coreando «¡Spyder! ¡Spyder!», como Marret es conocido.

 

No hay que olvidar el buen trabajo que hizo el resto del staff. El sonidista estuvo siempre atento y en toda la sala podías escuchar la banda perfectamente. Por otro lado, los encargados de luces y efectos, hicieron para el disfrute de todos, una secuencia de luces ideal que matizaba todos los bloques de canciones, así como los diferentes «momentum» en cada pieza.

 

Sin duda alguna, Electric Mary promete seguir siendo una banda de referencia en el Rock and Roll para quienes extrañan el verdadero sabor de este género. Solo elogios a esta espectacular producción, esperando que vuelvan a estar pronto en tierras españolas.

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