Crónica Dry River | Valencia – Sala Rock City.
En ocasiones, ir a un concierto es una experiencia que va mucho más allá de lo común en estos espectáculos. Va más allá de escuchar a un grupo tocar sus canciones ante su público, saludar, mostrar sus últimas cartas en los bises y tras la despedida final bajar el telón, hacerse algunas fotos y volver a la furgoneta. A veces suceden cosas difíciles de explicar, que dotan de magia al show y algo así fue lo vivido en el concierto de Dry River en Valencia.
Dry River, se ha convertido en uno de los grupos que más está trascendiendo en el rock español por la clásica comunicación del boca a boca, entre amigos, sin tirar de costosas campañas de marketing ni anuncios de publicidad que te bombardean día sí día también. Ellos lo han logrado con su música, con una propuesta donde aúnan la complejidad técnica con las composiciones para (casi) todos los públicos abiertos de mente. Podría resultar sencillo, pero cuando llevas unos cuantos años escuchando música te das cuenta de que lo que han hecho estos seis tipos es algo dificilísimo, para quitarse el sombrero.
Sí, parecen ser personas normales como tú y como yo, pero no lo son. Quizá su simpatía y cercanía pueden confundirte, pero no: La destreza técnica de estos seis músicos es prácticamente de otro planeta. Muy pocos músicos serían capaces de tocar esta música, tal y como lo hacen ellos bajo esa falsa apariencia de vecinos del quinto.
Que más de 30 personas del Club de Fans, procedentes de distintas partes de España queden para hacer una previa al concierto, no es algo que suceda habitualmente, y eso demuestra la gran comunión que siempre ha habido entre Dry River y sus seguidores.
La Sala Rock City, ha sido durante estos años uno de sus feudos fetiche, y si ya en la anterior vez teloneando a Asfalto se pudo ver que había unas cuantas decenas de fans esperándoles con los brazos abiertos, en esta ocasión su aparición la hacían como cabezas de cartel, sin teloneros. La sala estaba prácticamente llena, contándose por varios centenares los seguidores que les esperaban con una ilusión pocas veces vista, con una motivación por el concierto los días previos digna de cualquier banda internacional mastodóntica que se precie. ¿Y qué pasó durante las casi dos horas de concierto? Que la comunión público – banda fue inmejorable, que las sonrisas competían entre las de arriba y abajo del escenario, donde ambas partes se retroalimentaban para hacer de esa noche una auténtica fiesta. Entre el público se encontraban músicos de bandas como Astral Experience, Ópera Magna o Noah Histeria, y hablando con ellos se percibía la admiración que sentían por el grupo.
El disco que venían a presentar, ‘Cuarto Creciente’, está recibiendo estupendas críticas, y su presencia tuvo un gran peso en el devenir del concierto al ser interpretado en su totalidad.
Iniciaron con los dos primeros temas del disco, y se pudo comprobar desde las primeras notas, que todo lo que sonaba en el disco lo podían reproducir en su versión en vivo. Muy pocas bandas hoy en día llevan al directo todos los coros grabados, pero en el caso de Dry River, es impresionante ver cómo Matías y David lideraban esta parte en los primeros temas, pero luego el resto de la banda era también capaz de aportar cuando era necesario. Disfrutar de esos estribillos de “Culpable” o “Segundo Intento” con tantas voces acompañando a Ángel, que estuvo pletórico, da un valor incalculable al show. El público por cierto demostró que tenía bien estudiado el disco, y pudo cantar en todo momento la ristra de temas que iban sonando.
Me detendré antes de seguir para hablar de la figura de Ángel Belinchón. Situado en el centro, tuvo un papel altamente protagonista ya que además de deleitarnos con su chorro de voz (cada año canta mejor), repartió sonrisas, chistes y simpatía canción tras canción. Y esas bromas llegaron pronto al interpretar uno de los mejores temas de su anterior disco ‘2038’, “Camino”, transformado cada vez que vienen a Valencia en “Pepino” (con cartel del público incluido).
Si bien no es de mis favoritas del disco, en directo “La Serpiente” adquiere una dimensión superior, mejorada, gracias a la entrada de Fanfi ataviado con uniforme de monje, y esos épicos coros de toda la banda con un Ángel desgarrador.
Matías y Guillermo tienen un papel importantísimo en el sonido del grupo, siendo Guillermo el que más protagonismo adquiría a la hora de ejecutar los solos y acompañar a las voces cuando la ocasión lo necesitaba. No vamos a descubrir ahora su técnica a las seis cuerdas, pero además se le vio mucho más participativo respecto al debut con el grupo que, casualmente, se produjo en esta misma sala.
Interpretar “Perdiendo el norte” y “Fundido a negro” de manera consecutiva hizo subir las pulsaciones a un público entregado, siendo canciones que vemos difícil que alguna vez desaparezcan del setlist del grupo aunque sigan sacando nuevos álbumes. “La Libertad” Ángel se la dedicó a una pareja amiga que había venido de lejos al concierto, y tras esta se quedaron Miquel y Guillermo para ofrecernos sendos solos de teclado y guitarra.
La joya del nuevo disco, “Calles Inundadas”, fue también uno de los momentos álgidos de la noche, con Ángel recitando en directo cual poeta la parte final, poniendo los pelos de punta a todos los presentes. “Pequeño Animal” fue el guiño a su disco debut, y “Capitán Veneno” nos trajo una de las mayores exhibiciones instrumentales de la noche, con ese duelo teclado/guitarras sacando su lado más progresivo. En esta canción destaca también Pedro Corral, que es el auténtico metrónomo en la sombra, el que aporta el ritmo y la pegada al sonido del grupo. Dice Ángel que es el Messi de la formación, y no hay más que verlo en directo para entender por qué lo dice.
“Me Va a Faltar El Aire”, como no podía ser de otra manera fue de las más coreadas, desde las primeras filas hasta la última persona que se encontrara en la sala se percibía esa comunión con un tema que es difícilmente mejorable. Reconozco que me chocó escuchar “Traspasa mi piel” sin ser la última, y quizá hace disfrutarla más todavía al saber que no es la que va a servir de despedida.
Tras la retirada del escenario y posterior vuelta para los bises, atacaron con “Funeral” que sirvió para conocer a la banda en una de las mejores presentaciones que recuerdo. “Es el mejor, no es el peor” servía para que, músico a músico, nota tras nota se les diera una más que merecida ovación. Casi para cerrar se guardaban el que considero que es su clásico más bailable, “Irresistible”. Con la divertida coreografía de Fanfi el público se lo pasaba en grande, así como cantando su pegadizo estribillo. Sabiendo que musicalmente no es de las más complejas de la banda, canciones así las hacen acercarse a un público mayor, y es que no cabe duda de que es un temazo.
Para terminar, sonó “Despedida”, tal y como lo hace ‘Cuarto Creciente’. David y Matías de nuevo adquieren todo el protagonismo en los coros, y aunque es una canción compuesta por y para invocar el final, muy sentida y con un Miquel excelso, me parece que no hace terminar el concierto con el público dándolo todo, en lo más alto. La canción me encanta, pero cerrar con “Irresistible” o “Traspasa Mi Piel” creo que hubiera sido más apoteósico si cabe.
Poco más que añadir sobre uno de los conciertos del año. Cuando la música se convierte en fiesta, cuando las dos horas se pasan como si fueran minutos y cuando una banda está tocada por la magia que transmiten Dry River en estos momentos, el resultado no puede ser más que positivo. Todavía les queda algún concierto en 2022, y en 2023 continúan su gira por España, así es que si pasan cerca de tu ciudad no lo dudes, porque como los descubras te quedarás enganchado/a para siempre al mundo de los “drirris”…
SETLIST DRY RIVER
- Culpable
- Segundo intento
- Camino
- La serpiente
- Si estás tú
- Fundido a negro
- Perder el norte
- La libertad
- Calles inundadas
- Pequeño animal
- Capitán veneno
- Me va a faltar el aire
- Traspasa mi piel
- Funeral
- Irresistible
- Despedida
Texto: Edu B.
Fotografías: Paula B.R.