Crónica del primer día del FESTARDOR y primeras impresiones

Primera edición del Festardor que asisto de la misma forma que fue la primera edición en recinto ubicado en el Port de Sagunt y termino con buenas sensaciones hacia la propuesta que presentó la organización. Crónica del primer día del Festardor y primeras impresiones. Si bien como todos los festivales se hacen para el disfrute de la mayoría siempre hay algo que mejorar. Estos aspectos de mejora ya se están leyendo en los tablones de “quejas” del siglo XXI que son los perfiles oficiales en las redes sociales.

Un festival que desprende haber estudiado como lo hacen otros más grandes y que centró parte de los esfuerzos, tanto económicos como estratégicos en lo importante, el público y la música.
En cuanto a la música, claro esto va a gusto de todos, una gran variedad dentro los géneros que se movía el cartel, sobre todo transversal y una línea temporal desde los inicios de la música alternativa con clásicos de punk, rock y rock duro hasta las músicas más urbanas con raps electrónicos o fusiones.

Dos escenarios principales y dos aparentemente secundarios donde la calidad de audio no permitía diferenciarlos. Volumen alto para disfrute de los más alejados de escenario, calidad sonora, técnicamente bien ajustado para no perder detalle sobre todo en músicas más elaboradas a la postre unas características de otros referentes de más envergadura.

En cuanto a lo que público se refiere, un recinto bien dimensionado para el público que había, una zona de acampada arbolada y con zona de aparcamientos cercanos. No lejos de los escenarios y con una relativa calma para el descanso. Buena propuesta de comidas, bebida variada y en algunos casos precios ajustados y gran cantidad de barras, ¡Porque no queremos esperar para rellenar nuestro vaso y volver a la música!

Crónica del primer día del FESTARDOR y primeras impresiones

Como puntos de mejora no desvelo nada si digo que al menos, los baños de hombre en horas de alta afluencia eran insuficientes y entiendo que el de mujeres el hecho de no haber urinarios el problema se agranda. El no haber puntos de agua gratuita para mi es uno de los puntos a destacar ya que el agua gratuita en los festivales no sirve para ahorrar dinero en barras, si no para evitar situaciones incómodas de salud.

El tema de la falta de los puntos de hidratación desde mi punto de vista supera a la polémica parcialmente corregida con la preventa y devolución en euros de consumición de las pulseras de reacceso. Teniendo en cuenta la propuesta del cartel y los precios de los abonos, no veo un exceso este cargo extra, tampoco si la entrada se incrementa x euros e incluye reacceso. Ahorro de incertidumbre y de desechos en pulseras obsoletas.

Una vez tanteado y reflexionado sobre el festival que de nota sobre diez para mí es un nueve, no queda más que disfrutar los dos pilares de estos eventos, la música y el público. Curioso era ver las medias de edad muchos de los conciertos como incluso en algunos no más de treinta y en otros no bajando de cuarenta como un servidor.

La jornada del jueves justamente empezaba con un grupo de los que se encasillan en la parte alta en cuanto a veteranos se refiere y es que PARABELLUM ya se paseaba por los escenarios del País Vasco en el año 1983 hasta que en 1998 abandonaron la formación tras la publicación de su trabajo “Adelante sin cabeza” y que por suerte para nosotros los veteranos volvieron a las tablas en el 2003 donde no ha sido hasta 2022 que han lanzado “El Grito del Hambre”.

Los veteranos que ya se encontraron en el recinto no se perdieron rememorar los temas que escuchaban en casete durante horas y es que basaron el setlist en temas clásico. Lo que más gusto es ver que siguen gozando de saltar a los escenarios y seguir gritando aquello que les movió a componer. El cambio de formación empujado por los fallecimientos está engrasado y el cambio de Josu de la batería a las vocales ha dado un empujón a la banda que durará en tiempo tanto como quieras. Con temas como “Bronka en el Bar”, “La Locura”, el dramático retrato de una generación marcada por la heroína, “Envenenado”, “La vela se apaga”, una salvaje “Un día en Texas” y la rabiosa “Mira ¿K no lo ves?”.

Cambio radical sin duda por ritmos más cercanos al 2022 con uno de los grandes de género, o como él se menciona en una canción, con un “estilo como el Sol”. Tras temas de rabia, denuncia y retrato social cambiamos de escenario para ver a KASE-O y su propuesta con Jazz Magnetism cargado de ritmos de buen rollo, buenas vibraciones y revitalizante para bailar con modo optimista.
Un show plagado de grandes pasajes para dar cabida a demostrar que se rodeó de grandes músicos para mostrar sus clásicos con un tempo y puesta en escena diferentes. Buena coordinación, calidad musical, interactuación del zaragozano con el público que cantaba y contoneaba su cuerpo al ritmo de la envolvente melodía.

Temas como “Renacimiento”, “Ringui Dingui”, “Como el Sol 2011” o “Libertad” fueron grandemente cantados y bien recibidos que ya son enteramente conocidos dentro del mundo del rap. Lo que me sorprendió fue como en un tono conciliador casi paternalista es capaz de enviar mensajes tan punzantes como en “Tiranosaurius Rex” que azuza a los jóvenes de forma insistente a que salgan a luchar por su futuro y libertad sin ideas que boicoteen tus sueños.

Lástima la fuerte lluvia que apareció a medio concierto que hizo disipar gran parte del público en a recta final del concierto. Para mí también fue el último concierto del día ya que la toma de contacto y situación sobre el recinto ya estaba hecho. Aun quedan dos días intensos de grandes nombres, bailes y pogos.

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