No puedo iniciar esta crónica sin antes agradecer a Rocío Gomez, de la web “Red Hard `n Heavy”, ya que fue ella la que me insistió en que tenía que conocer esta experiencia y que era algo mágico. Debo admitir que fue eso y mucho, mucho más, además al final, por cosas del destino pudimos compartir juntos este viaje y esta experiencia,.
El viaje previó a un país y una ciudad que tenía muchas ganas de conocer, no podía ser más emocionante. Llegamos un lunes a medio día y eso nos dio pie a poder caminar la ciudad y conocer algunos de sus muchos atractivos, con un tiempo inmejorable, de 18 grados y 10 por la noche, con algo de lluvia que se agradecía bastante, sobre todo si vienes de Madrid en agosto con temperaturas nunca inferiores a 38 grados; creedme que ya ese añadido merecía el viaje a Oslo.
Rocío conocía ya varios entresijos de la ciudad, debido a anteriores visitas, tanto al Inferno Festival (que también le tenemos en la mira) como al Midgadsblot 2022, lo que hizo que su guía por Oslo fuera inestimable y de la cual estamos sumamente agradecidos. Caminamos bastante, incluso bajo la deliciosa lluvia noruega y el primer sitio a visitar no podía ser otro que NESEBLOD Records o lo que antiguamente se llamaba Helvete.
Helvete era una tienda que poseía Euronymous a principios de los 90 situada en la calle Schweigaards, en Oslo. Helvete es la palabra noruega para decir Infierno. Fue un sitio muy importante para los fans del Black Metal, allí, Euronymous entablaba amistad con ellos. La tienda poseía un sótano, donde más adelante se reunirían los miembros del Inner Circle. La tienda fue cerrada en 1993, unos meses antes del asesinato de su dueño.
Ese es un sitio para pasarse la tarde entera, ya que es bastante caótica en el entresijo de sus miles de discos y camisetas, así como varios tesoros que hay por doquier. Tras salir de allí bastante emocionados por lo que significa el sitio en sí, optamos por dar una vuelta por la ciudad, el palacio, sus jardines y la hermosa vista de su ciudad desde el estratégico lugar del palacio real. Al final decidimos cenar y tras eso buscar un bar que ella Rocío recordaba, y no podía ser este más emblemático, el famoso Rock In (sí, como nuestra web) un bar muy atractivo, grande, espacioso, con mesas y algunos juegos, que nos permitió cerrar con broche de oro el largo viaje que empezaría semanas atrás cuando era solo un sueño acudir y se confirmaba con la obtención de la acreditación por parte de ambos en nuestros respectivos medios de prensa. El bar es precioso, y sus precios, no están tan desorbitados, tomando en cuenta donde estamos y que son sitios que se visitan pocas veces en la vida o en el año.
Si ya las emociones del primer día estaban aún siendo asimiladas, la segunda jornada se las prometía y buenas. Empezamos con un buen desayuno, para cargar baterías y nos dispusimos acudir a una exposición sobre el Black Metal noruego que había en la Biblioteca Nacional de Oslo, detalle que nos comentó un asistente el día anterior de la tienda de discos y vaya que le hicimos caso. Bajo una lluvia contundente, llegamos al lugar y lo que nos encontramos no podía ser más maravilloso. Allí estaba ante nosotros, toda una exposición, muy bien detallada y con un guía sensacional, sobre la historia y nacimiento de este género musical en tierras noruegas y todo lo que ello significó.
Esa mañana, nos despreocupamos del tiempo y disfrutamos de cada minuto y segundo que pasamos allí; leyendo, observando, escuchando y como no siguiendo atentamente las anotaciones e historias personales de nuestro guía. Hacía tiempo no disfrutaba tanto en una biblioteca, debo admitir. Salimos de allí, con una sonrisa enorme, empapados de conocimiento, además del agua que caía, pero sobre todo, de haber aprovechado la oportunidad de coincidir en tiempo y espacio de una exposición única y emblemática, ya que esta concluye a finales de septiembre. Agredidos y afortunados de lo que estábamos viviendo y aún faltaba la visita al Norsk Folkemuseum. Antes paramos para degustar una merienda/comida en compañía de unos adorables cuervos, en el parqueo del museo, ya que, tiempo no nos sobraba y decidimos improvisar allí mismo unos bocadillos antes de ingresar, sin duda una experiencia divertida. El Museo del Pueblo Noruego es un museo al aire libre ubicado en Bygdø, Oslo. Este museo muestra a través de 155 casas la historia y cultura de las distintas regiones de Noruega. También se encuentra allí ubicada la iglesia de madera de Gol del año 1200.
Tras esta visita y visitar rápidamente la zona donde esta The Kon-Tiki Museum y ver el paisaje desde el otro lado donde se ubica el centro y donde nos hospedábamos, decidimos volver a la estación central y tomar el viaje en tren hacia nuestro destino principal; Borre, (Vestfold), hogar del Midgard Viking Centre y a su vez donde se realiza el emblemático Midgardsblot Metal Festival. Un viaje en tren de 1:25 minutos, sumamente apacible y cómodo, en donde aprovechamos para degustar los variados paisajes naturales en nuestro recorrido al destino, la estación de Skoppum y de allí en bus unos 15 minutos hasta la entrada del festival.
Cuando llegas a un sitio por primera vez, todo resulta, además de novedoso, apasionante y tu mirada se pierde en detalles y en cada nueva imagen, fue impresionante cada segundo vivido a nuestra llegada a una nueva aventura. Como intentamos estirar al máximo nuestro tiempo y experiencias en Oslo, y a la pésima conductora del autobús, que no se percató, ni nos avisò de que la parada del festival era esa y nos hizo ir hasta el pueblo; aun así, nos sirvió para conocer un poco más, pero también llegar casi anocheciendo a poner las tiendas de campaña, lo que significó que la pusiéramos, no en una buena ubicación, ocasionándonos con ello dificultades para dormir, que solucionamos en cuanto pudimos. A la mañana siguiente, tocaba acreditarse, ducharse, y desayunar para ahora sí entrar en una nueva dimensión, llena de magia, color y gente encantadora en cada rincón.
El sitio del evento es hermoso, y creo que me quedo corto; todo está cerca, tanto el escenario principal; Valhalla Stage al lado de la fantástica casa Gildehallen y a pocos minutos del Kaupangr Stage y por último el pequeño Brages´s Córner. Los sitios para comer, desde donde puedes estar degustando un plato típico y escuchando a tu banda favorita, todo un detallazo. Igual el Kaupangr Marketplace, con sus tiendas y artesanías, como el bar Striga. Aun así hay detalles que no entendimos y nos parecieron carentes de lógica; no podías comprar una copa en el bar y entrar con ella a la zona de los escenarios y tampoco se podía salir con bebidas, agua incluida, desde la zona del festival hacia el cámping. Normas absurdas y sin sentido que espero cambien en un futuro.
Debo añadir que el sonido en todos los escenarios fue correcto y se alternaban lo que daba pie a poder disfrutar sin agobios de todas las bandas de la jornada, que a su vez al iniciar por la tarde te daba tiempo de disfrutar de los otros atractivos del festival, como el museo Midgard Viking Centre, ya que al tener la acreditación, tenias acceso a todas sus actividades, tanto en charlas como con guías por los alrededores del evento y sus famosos túmulos. Además sin olvidar los baños en el fiordo o recorrer los pueblos cercanos o hacer nuevas amistades entre los asistentes del festival, todos siempre con una sonrisa y con deseos de ayudarte, algo similar con todo el staff del evento. Esa sensación de hermandad, independientemente del país que procedas te llena por dentro y crea un hermoso vínculo con los asistentes al evento o como ellos mismos se hacen llamar los “bloters”.
Con respecto a los precios, pues estamos en Noruega y eso no se puede obviar, al final si valoras el sitio y la oportunidad, no puedes quejarte, porque las cosas son como son; si tu presupuesto es amplio, pues a disfrutar y si es más reducido, igual tienes un supermercado cercano en donde puedes disponer de bebida y comida. El agua dentro del festival es gratuita, ya que hay fuentes donde puedes llenar tus vasos, que proceden de fuentes naturales y es un agua muy rica. Todo un detalle dicho sea de paso. El “Merchandising” oficial, es caro de narices, por suerte solo tienen una camiseta oficial, muy bonita, discreta y con las bandas por detrás, con las fechas y el lugar muy bien señalado por 40 Euros. Por suerte no tienen más, ya que si eres friki de las camisetas como yo, tendrías un problema añadido a tu presupuesto. Del resto de temas alusivos al festival, los precios son desorbitados y hasta dan risa por que parece una broma, pero son así y no queda otra. Lo peor es que se agotan, en fin.
Por la noche, iluminan el bosque, lo que hace que el marco visual y las bandas de fondo crean un momento y una instantánea única para los que estamos allí y si a esto le sumamos el recorrido por el bosque para acceder al cámping o viceversa al festival, es simplemente mágico, ya no sólo por las imágenes que verás, sino por lo que encierra y posee esta mítica tierra. La verdad que aún nos cuesta digerir toda la información y belleza de la que hemos sido testigos, porque te rodea, te absorbe y te llena de energía y regresas nuevo a casa y como no, con ganas de más. Ya estamos contando los días para regresar a este paraíso de historia, Folk y Metal extremo. Te vienes con nosotros? Haz como yo, cuando me lo contó mi querida amiga, sólo me dejé llevar y vaya que lo he disfrutado. Eternamente agradecido al universo por la experiencia y la oportunidad de vivir nuevas aventuras.
Pronto os contaremos más detalladamente acerca de las bandas que tocaron allí y experiencias varias.