Los canadienses Red Cain editan nuevo disco bajo los parámetros sonoros de bandas como Mastodon o Kamelot. El reto es enorme y habrá que ver si en este disco han logrado superar todas las barreras. El riff de apertura de «Fisher king» te hará temblar tanto como la evolución de un tema progresivo, repleto de caña y bastante acertado. «Blight» tira más, en la intro, hacia el jazz-rock, pero no tarda el tema en ir incorporando matices eléctricos hasta que desemboca en un cañonazo de alta calidad.

«The great hunt» comienza con unos teclados que le dan paso a un medio tiempo pesado, con mucha instrumentación, con una estructura limpia y con múltiples cambios de ritmo. Un verdadero placer para los oídos. «We are chaos» es el corte más seco de todos donde se apuesta directamente por desarrollar las melodías hasta sus últimas consecuencias. Posiblemente, es el mejor corte del disco. «Sightblinder» entronca con el metal extremo, pero con otros matices que enriquecen su resultado final como los pasajes instrumentales. Endiablados los riffs y el propio desarrollo. Una obra maestra.

«The man who can´t forget» y «Crane of Malkier» son un tema dividido en dos partes de poco más de dos minutos y medio. La experimentación sonora y la apuesta por marcar la diferencia son el denominador común de tan arriesgada, y acertada, jugada. Colabora James Delbridge, de Lycanthro, en «Fires of heaven», el corte que pone el punto final a un gran disco.

No te van a entrar a la primera, no son fáciles de escuchar, pero en cada turno descubrirás nuevos matices que te sorprenderán. Su vuelta de tuerca al metal es tan imprescindible como recomendable. Disfrutarás a lo grande de un disco tan completo.