THERION + LEPROUS + LOCH VOSTOK – 13nov2010 – La Riviera (Madrid)

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CUANDO EL ENVOLTORIO ES MÁS VALIOSO QUE EL CONTENIDO…

      El otoño se cierne sobre Madrid y sus noches son cada vez más frías y oscuras. El pasado sábado, una ligera bruma envolvía a la mórbida luna, Dama de Honor de un concierto que rendiría culto a las siniestras fuerzas de lo místico y lo arcano. 

      LOCH VOSTOK fueron los encargados de iniciar la ceremonia. Era muy temprano, las 19:00 en punto pero el rey sol ya se había retirado hace tiempo, asustado por la convocatoria de esa noche. Los suecos se encajaron como pudieron en el reducido espacio disponible en el escenario, no se amedrentaron ante la escasa cuarta parte de aforo y se dejaron el alma para dar una buena actuación.

      Los viejos dioses de Asgard seguro que disfrutaron de toda una demostración de desborde técnico y de actitud por igual.  TEDDY MÖLLER, líder indiscutible de la banda, ejerció de punta de lanza desgarrando tenebrosas melodías y haciendo volar a su Ibanez con buenos solos. Los quiebros rítmicos, germinados en los gélidos campos del infierno norteño, fueron terriblemente bien ejecutados. Solo con ese empaste y coordinación grupal podrían conseguir su impactante y poderoso sonido. El público parecía anodadado, hipnotizado e incapaz de reaccionar ante tal despliegue técnico y compositivo. La increíble actuación de su batería ÁLVARO TORRES fue probablemente la guinda que provocó la entusiasta ovación de los seguidores que la banda se ganó esa noche. Pocas veces ha sido la Riviera testigo de que un grupo telonero reciba tantas peticiones de bises al grito de “¡¡otra, otra!!”. Pero no disponían de mas tiempo por lo que habrá que esperar a otra ocasión.

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     Más teatrales fueron los incalificables LEPROUS. Melódicos pero a la vez tétricos e imprevisibles, esta jovencísima banda enarboló temas eternos y complejos dando todo un espectáculo sobre el escenario y sorprendiendo a una sala que poco a poco iba acogiendo a más acólitos. Sufrieron al principio algún pequeño problema de sonido que solventaron en pocos minutos.

Frenéticos, locos, esquizofrénicos, precisos y geniales… se hicieron valedores de cualquier y ningún adjetivo, pues resultaría realmente difícil encasillar con palabras al caos hecho arte. Estructuras infinitas con hilarantes patrones rítmicos y muy conseguidas y variopintas armonías vocales. Todo esto, preocupados y ocupados a la vez por animar y enloquecer a su audiencia. Una extraña mezcla de estilos a priori irreconciliables que busca y consigue sorprender. Habrá que estar muy atentos a la evolución del quinteto noruego.

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     Y por fin les llegó el turno a los maestros de ceremonia, THERION. Aquella noche otoñal ejercerían mas bien de reyes del contraste, del Yin y el Yan, de la virtud y el defecto. Unos paneles que emulaban a los palcos de los teatros, generaban distintos espacios en el escenario y facilitaban dinamismo  en la puesta en escena. Como si de la vanguardia se tratasen, primero aparecieron los instrumentistas. Pobre trabajo el de este cuarteto. Si las bandas que les precedían destacaron por su gran empaste y precisión en los cortes y cambios, los chicos de Therion evidenciaron una clara carencia de peso rítmico, incluso para unos temas simples y repetitivos como los suyos. Tan solo CHRISTIAN VIDAL, recientemente incorporado, destacó con unos solos efectivos y muy bien ejecutados. La elección de los teclados, pregrabados como algunas guitarras y algún coro, se antojaba cuan menos desafortunada, asemejándose más a los sintetizadores de hace veinte años que a los medios actuales.

     Lo que parece impresionar al respetable y distingue a la actual propuesta de los suecos son sus cuatro cantantes. Caracterizados para interpretar este teatro del terror, entusiasmaron a sus seguidores con una actuación desigual. THOMAS VIKSTRÖM estuvo fantástico con una voz bien templada y afinada. Además añadió su habilidad con la flauta travesera en ciertos pasajes. Sin embargo, su compañero SNOWY SHAW echó por tierra buena parte de su trabajo. El carismático cantante tiene una voz atronadora y profunda para el Death Metal pero debería replantearse si vale para otros estilos. Afortunadamente, la soprano LORI LEWIS enderezó la balanza con su melodiosa y potente voz.

     Probablemente, si Mozart hubiese sido uno de ellos, no habría aplaudido con especial entusiasmo la versión de su inmortal “Dies Irae”. A pesar de todas estas desavenencias, los seguidores de THERION se lo pasaron genial y se entregaron de principio a fin, especialmente con la mística y grandilocuente “Into the Void (In the) black hol of nothing”, dedicada a los antiguos dioses nórdicos.

 

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     En definitiva, una noche intensa, repleta de buenas sorpresas y una actuación de unos THERION que salvaron el expediente gracias a sus artistas invitados y a los adornos del escenario. Pero que no se relajen porque tarde o temprano el envoltorio acaba cayendo.


Texto: Iván Díaz
Fotos:
Javier Bragado