Ni que fuera entre semana, ni ola de frío, ni cambio de recinto. Nada pudo evitar que Sum 41 hiciera temblar el recién renombrado WiZink Center.
A pesar de las bajas temperaturas, la emoción de ver salir al escenario al grupo que marcó la adolescencia de muchos de los que allí estábamos hicieron del recinto un sitio cálido. Pocos minutos después de las 21:00h, hora fijada de inicio del concierto, el público comenzaría a gritar “¡Sum 41!”. Poco después, bajaron las luces del recinto y salían del escenario luces rojas a la vez que empezaba a sonar música. De repente, las luces cambiarían a verde para dar el pistoletazo de salida: a las 21:08 aparecían los canadienses sobre escenario.
La primera vez que Deryck Whibley se dirigió al público fue para vaticinar una realidad: “¡Os vais a volver todos locos esta noche!”, y efectivamente, así fue. Esta sería la primera intervención de las muchas que el vocalista haría en la noche, demostrando una enorme conexión con el público y una gran actividad sobre el escenario, como luego desmostaría tocando un tema en medio de la masa de público.
El cambio de recinto permitía disfrutar a todos y cada unos de los asistentes del concierto. Por la amplitud del lugar, los que quisieron ir a tope pudieron hacerlo sin problema, pero los que querían estar algo más tranquilos también pudieron estar a sus anchas y sin necesidad de estar lejos del escenario. He de reconocer que aunque mi intención era estar de éste segundo modo, fue irremediable terminar saltando como la que más.
Durante la noche pudimos escuchar temas de toda su trayectoria (21 años se dicen pronto). Antes de empezar a sonar “Motivation” y para mayor motivación (valga la redundancia), aparecieron sobre el público grandes globos de colores, y que alguno fue a terminar explotado por la guitarra del propio Deryck. Pronto sonarían temas de 13 Voices, su último trabajo, como “War”, canción que introdujo dando las “gracias a toda la familia Sum 41”.
El momento sólo de guitarra llegó poco antes de cumplir la hora de concierto. Dave Baksh aprovecharía unos minutos para lucirse como 15 minutos después haría Frank Zummo con la batería.
Un momento especialmente bonito de ver fue durante el tema “Walking Disaster”, cuando Deryck pidió al público que encendieran las luces de sus móviles mientras se bajaban las luces del recinto. Este emotivo clima duraría poco, cuando el propio vocalista daba un consejo: “Yo que vosotros guardaría ya el móvil”, justo antes de romper con el estribillo de la canción perteneciente a Underclass Hero.
Tras la aparición de una enorme calavera tras la banda, comenzarían a tocar We will rock you y mostrarían al público la bandera de España antes de su primera salida. Con un piano en el escenario, volverían para tocar “Pieces”. Tres grandes momentos muy esperados y que hicieron saltar a todo el WiZink fue cuando sonaron tres de los temas más populares: Still waiting, In Too Deep y Fat Lip. Tras su segunda salida, Sum 41 subieron por última vez al escenario con pelucas y haciendo el gamberro. ¿El resumen de este concierto? Que todos fuimos adolescentes de nuevo por una noche, y que 21 años no son nada: a Sum 41 aún les queda muchas salas que reventar.
Fotos: Cortesía Live Nation España.
Texto: Marisa Nocea.