Snakeyes, la banda formada por José Pineda, Carlos Delgado y Justi Bala (ex miembros de Sphinx) junto al carismático vocalista rumano, Cosmin Aionita, volvieron a la sala We Rock, donde en primavera ya habíamos tenido el gusto de verles en concierto gratuito, presentando su álbum debut. Si bien la acogida del público no fue tan multitudinaria esta vez (posiblemente vez por el factor novedad), ahora venían con una compañía mucho más amplia, empezando por los organizadores del festival Acordes del Rock.
Este nuevo festival, que tendrá lugar los días 9, 10 y 11 de julio en La Roda (Sevilla), es la primera iniciativa de festival de música metal que vemos en Andalucía en años, y el cartel no podría ser más ambicioso, contando además con la gran ventaja de ser una iniciativa solidaria, en la que todos los fondos se destinarán a la Asociación Española Contra el Cáncer.
Este concierto de presentación servía así de anunciación para el público madrileño de que no sólo tienen la oferta de la costa levantina o el norte de nuestro país para acudir a grandes eventos de música rock y metal; también en el sur, desde ahora, contaremos, si todo marcha bien, con una nueva cita cada año.
Abrieron el apetito Southgate, banda que sigue mejorando actitud en el escenario, y cuyo setlist es capaz de pasar del hard-rock al thrash metal en cuestión de segundos.
Su tiempo de actuación no fue reducido, por lo que tuvieron una lujosa hora para mostrar sus capacidades. Como crítico, podría mencionar algunas carencias o fallos, pero como público, no despegué el ojo, así que su actuación compensó y estuvo a la altura. Presentaban su EP, lo cual es una promesa de que su nombre sonará más a partir de ahora en la escena madrileña.
Con In Vain fue todo algo más rápido; una actuación más breve que evidenciaba que cuatro grupos son demasiados para el reducido tiempo en We Rock antes de que el público empezara a hacer “bomba de humo”. El tiempo es siempre un problema y en este caso se hizo notar: con In Vain y Zenobia se llegó al ecuador de la noche con una sala medio llena.
La experiencia ya longeva de In Vain se hizo notar en el concierto; las palabras de los organizadores sobre ellos no eran por compromiso; su solvencia en directo trajo al frente al público ipso facto.
Presentaban su tercer álbum, The Little Things that Matter, del que hace solo unos días estrenaron videoclip.
Se subió al escenario Iván Gutiérrez, amigo de la banda y productor de todos sus discos (Estudios IV en Rivas), quien cantó por última vez algunos temas junto a In Vain.
Tras In Vain, los organizadores del festival Acordes del Rock, encabezados por José María Peinado, anunciaron su propuesta en tono desenfadado y con un gran sentido del humor, pero al mismo tiempo, con la responsabilidad de los grandes festivales.
Un toque humilde para un proyecto verdaderamente ambicioso. Los organizadores se despidió gritando el nombre de Zenobia ante un público que ya parecía estar al 100%.
Zenobia fue la banda que más entusiasmo levantó; con sus 44.000 seguidores en Facebook, era algo más que comprensible, y con la presentación de su recién estrenado álbum, Supernova, que coincide con el décimo aniversario de su lejano primer trabajo discográfico.
Su directo era un showcase, es decir, algo más reducido en comparación con el formato de sus directos suele ser algo más “a lo grande”. Claro que el carisma de sus músicos no menguó un ápice; ahí teníamos las habituales posturas, prendas y parafernalias del crack Víctor de Andrés, incluida su nueva guitarra custom Schecter Devil, la cual lleva escrita la reconocida expresión de este señor; “Metálicamente de puta madre”.
La banda se deshizo en un mar de coros cuando interpretaron las canciones más esperada, como la nueva Al pie del Cañón, de su último álbum, y la cual apenas tres días antes había aparecido en el programa La Ruleta de la Suerte, tanto como panel como con la actuación de Joaquín Padilla (esas pequeñas sorpresas que raras veces se ven en la tele…):
Se echó en falta alguna colaboración, como la que podemos oír en el último disco, en Una de Piratas, en la que colabora Oscar Sancho, quien sí que se subió al escenario, pero para presentar a Snakeyes y contagiar de entusiasmo al público.
Entrada ya la madrugada, sorprendía ver al público menguando, pero resultaba inevitable. Se perderían, eso sí, una actuación de primerísima calidad, con un José Pineda al frente absolutamente hipnótico a las seis cuerdas de su bajo. con un Cosmin Aionita tremendamente carismático y cómico, que presentaba las canciones y a la banda en inglés, al cual Pineda hacía de traductor «a la andaluza».
Era la última actuación de este “Spain Pit Tour” antes de la oleada de festivales de verano. Ultimate Sin, su álbum debut es merecidamente uno de los lanzamientos más importantes del género del año. Los excomponentes de Sphinx muestran su cara más agresiva; su endurecimiento musical en este proyecto ha roto expectativas.
En general el ambiente y el estilo de las bandas fue una constante. Se echó en falta algo más de dinamismo, pues al fin y al cabo los directos son siempre algo más que música en directo. Tal vez la compresión del formato (cuatro bandas en poco más de tres horas) requiere algo más de contraste entre estilos.
Texto y fotos: Rubén G. Herrera
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