Crónica Nashville Pussy y The Lizards. Tras una larga serie de fecha en la península tocaba el turno para que este Route Resurrection dedicado al rock and rock con Nashville Pussy y The Lizards recalase en Barcelona. El lugar definido la renovada pequeña de Apolo, la [2] que ya no es tan pequeña.
Si la noche se trata de hacer rock and rock directo, los elegidos para abrir el espectáculo, al igual que en el resto de paradas fueron los locales The Lizards con su apuesta de rock con ciertos tintes de punk rock rabioso y cierto descaro. La banda, compuesta por tres integrantes presenta su segundo disco “Road to Anywhere”.
Llego la hora de despejar el escenario y ver saltar a los viejos roqueros con su apuesta de temas para la diversión de vieja escuela con Mr. Cartwrigth a la cabeza con su inseparable gorra y su aire de alborotador desvergonzado. A sus dos lados, flanqueado por su esposa Ruyter Suys con un gorro de castor dispuestas a hacernos saltar, por que ella sola es capaz de hacerlo a toda una sala. Sabedora de un papel más secundario Bonnie al bajo da un toque de sensualidad.
Los que estábamos allí recibimos justo lo que esperábamos, clásicos, alcohol y rock del bueno. En está ocasión no vi a Ruyter tan hiperactiva como otras veces, siempre acompañada con su Gibson.
La apuesta fue sencilla, tocar los temas que los asistentes queríamos incluyendo alguno de su último trabajo como “Everybody’s fault but mine” como el que abrió el concierto. Muchos de los presentes ya peinando canas y mostrando viejos trajes de guerra con fechas de giras de otro milenio.
Lejos de llenar la sala se congregaron un poco más de la mitad de la capacidad de una reformada sala, con mejoría sustancial en el sonido que hicieron que clásico como “Hate and Whiskey” “Piece of ass” o “I’m so high”. Sentido homenaje para los fallecidos Lemmy y Malcom Young alzando su botella de Jack Daniels y derramando un poco de whiskey en su honor.
Se despidieron por un breve instante para coger una nueva botella de Jack Daniel’s y refrescarse para poder encarar la recta final con “Strutting’ Cock”, “Why, why,why” y “Go Motherfucker Go”.
El resumen del concierto es sencillo igual que lo que ofrecieron, rock irreverente y sucio, comentarios jocosos, alcohol, insinuación, diversión, actitud. Un recital antológico protagonizado por Ruyter que agita la cabeza sin control y saca centellas de su guitarra